Capitulo 18

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-Esto es fabuloso- casi estoy gritando en pleno Time Square.

-Me da gusto que este así de feliz Ann.

Orlando pronuncia esa última frase con tristeza, me llevo a comer cerca de una boutique muy prestigiosa, a pero no era un restaurante mis queridas criaturas, es una de esos vendedores de hot dogs ambulantes. Me asombró la espontaneidad de Orlando y peor aún, apenas si podía abrir mi boca tratando de acabar con lo que era un hot dog con todo. Le supliqué al vendedor que no le pusiera salsa de tomate.

-Pero que es un hot dog sin salsa, ¿Qué clase de persona eres?- Orlando casi pego un grito al cielo, estalle en carcajadas y el vendedor coloco una fina línea de salsa. Les confieso que no se sintió mal.

Después de comer decidimos caminar para hacer la digestión y Orlando me propuso que entráramos a la boutique. Su propietaria Rachell Winstead nos atendió con amabilidad y me asesoro con los tonos que resaltaban mi piel y lo que debía usar para una cena especial. Me decide por un jumpsuit de color rosa pálido. Rachell nos acompañó a la puerta y decidí volver otro día con más tiempo y gastarme todo mi salario en sus prendas, porque realmente su talento es extraordinario.

-Es hora de regresar al trabajo.- comente con algo de timidez a Orlando. En realidad ya me había pasado la hora de entrada.

-Tomemos un taxi.

Fue su único comentario, el silencio era agradable. No sentí la necesidad de romperlo. Antes de que bajara del auto amarillo Orlando me toma la muñeca y mascullo "cuídate y llámame cuando lo necesites, no importa la hora que sea"

Me quede un poco aturdida con su comentario, entre y todos me observaban, algunos eran más prudentes que otros.

Divise que la sala de reuniones estaba siendo ocupada.

Rayos, lo olvide completamente.

Se supone que yo debería estar atendiendo a los accionistas de la empresa. Joe es el accionista con mayor porcentaje, los otros son minutarios; solo se reúnen cada dos meses para ver el balance y ganancias de las ventas.

Me acerque rápidamente a Olivia que entrecerró sus ojos y con absoluta frialdad dijo:

-Geovanna, te has pasado la hora. El jefe está hecho una furia contigo, los he estado atendiendo para mientras llegabas. Lo que necesitan ahora es unas bocanas y té así que mueve tu trasero ya mismo.

Al entrar a la sala todos se quedaron estupefactos y lo único que hice fue poner las boquitas en la mesa de la esquina y preguntar si les apetecía algo de té, rellene unas cuantas tazas mientras sentía la mirada de Joe atravesando mi espalda. No lo había visto tan furioso.

Salí y me asegure de que no desearan algo más. La reunión finalizo unos minutos más tarde.

-Geovanna a mi oficina por favor.

Sin siquiera mirar en mi dirección paso a su oficina dando un portazo.


Cercana ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora