Capitulo 24

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POV'S Joe

Una semana, una maldita semana sin saber nada de Geovanna.

La cague y lo reconozco pero ese crio no tenía derecho a estar coqueteando con MI novia. Y ella la muy...no hizo respetarse. Hable por teléfono con Orlando según él no sabe nada de ella, que se fue. En el trabajo ninguna llamada, lo digo porque teníamos que mantener la fachada. Olivia me ha dicho que tenemos que empezar a buscar a alguien que desempeñe su cargo pero yo sigo esperando. No puede ser que se haya esfumado del país así por así.

Como están las cosas voy al trabajo por mera rutina, mi madre esta insoportable y Margot anda vagabundeando por ahí. Este miércoles fui al doctor...

-Dime Joe ¿qué ha pasado con tu vida?

-¿Con mi vida? Toda por debajo de la tierra, salí con una chica en cosa de un mes, deje a mi prometida por ella. Ahora mismo no se ni dónde diablos esta.

-Mmm... ¿Cómo dices que conociste a esa chica?

-Geovanna, así se llama. Es... bueno era una trabajadora de mi empresa, hace un año llego. Me impresiono de tal manera que pueda decirle que se todo de ella hasta lo que ella no sabe. Se enojó conmigo por querer protegerla de un crio. Vea como son de necias las mujeres.

-¿Como que sabes todo de ella? ¿Ella misma te ha contado?- conozco esa tranquilidad con la que habla el doctor. Otra vez quieren... no, no otra vez.

-Pues vera que cuando me intereso por algo busco su historia, sus antecedentes, todo.

Le conté todo, hasta el pequeño problema que tuvimos. El doctor se puso pesado diciendo que Geovanna era más que un nuevo juguete, con mi ego de hombre porque ella era distinta a cualquiera, que solo quería ampliar mis horizontes. Todos son unos locos, hasta el propio doctor que se supone estudia mi comportamiento habla puras bobadas.

Para que seguir yendo a mi casa, durmiendo en mi cuarto donde no hay nada que me recuerde a mi venerada. Conduje directo a su casa, le pedí al portero la llave tras darle su merecido billete de 100. Su olor impregnaba todo el apartamento, podía imaginar cómo se sentaba en el sofá de piernas cruzadas viendo alguna serie, en la cocina tomando algo de té, según mire en las gavetas. En el baño donde residía su toalla color melocotón y por supuesto en el cuarto. Pase la mano por su ropa, oliendo cada prenda, visualizando a ella vestida en esta. La almohada donde se concentraba el olor puro, con algunas huellas de su labial, un poco de cabello...

Me quede dormido, parece que alguien llega, ¿será ella?... No son pasos pesados, ¿quién demonios será? Me engañas mi amada... oh es el maldito Orlando. Me escondí, Orlando extrajo algo de ropa de la Geovanna, solo oír el roce de sus manos en la tela de ella me daba coraje. Hablo por teléfono con alguien, oí algo como médico, Geovanna. No, todo eso debe de ser una conspiración entre ella y él, Geovanna no pude haber sufrido ningún accidente.

Baje por algo de alcohol... No sé cuántos días, noches han pasado no he salido de aquí desde el día que vino Orlando, mi teléfono está apagado. Ya ahora si es ella, vamos a ver qué tal la sorpresa...


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Lo negó todo, dice que estuvo en el hospital, no le creo, este algo pálida... No deja de gritar la mentirosa, no sé como pero mi palma impacta en su mejilla, de repente regresa el Joe sobrio y le pido disculpas pero mi demonio regresa y llega la segunda, cesan los sollozos y lucho contra este demonio llevándolo muy largo a lo más recóndito de mi mente.

Puedo ver todo mi desastre, rompí cosas, tengo a Geovanna atada. Yo cause esto, tengo que remediarlo y pronto. Limpio todo, me meto al baño para tener un mejor aspecto para cuando Geo se despierte, he desato sus muñecas y pies los cuales tienen la marca del trapo que utilice... Oh mi Dios estoy enfermo como pude hacerle esto a la persona que más amo en el planeta... ¿estoy seguro de amarla? claro que sí, que pegunta más estúpida.

He dejado algo de comida italiana en el frigorífico, me da vergüenza estar aquí cuando ella se despierte con unas rosas y una nota donde le suplico que me llame cuando este calmado. También esta cita de Beethoven:

-Sigue amándome, nunca juzgues mal el corazón de tu fiel enamorado. Siempre tuyo, Siempre mía, Siempre nuestro.


Hey readers, ¿qué les parece? Bueno no del todo tiene que odiar a Joe, tiene su lado romántico, al final todo tenemos nuestra parte enferma.

Gracias por leer, No se olviden de votar y sus comentarios acerca de la novela.

No Sean lectores fantasmas...

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