Capítulo 40

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Ha pasado un mes de aquella pesadilla que vive junto con dos personas a las cuales ame con cada latido de mi corazón, la mano del verdugo era irreal. Nadie se imaginaba que Margot Green preparara su venganza con esmero. Durante un año entero y desde niña había descubierto un gran secreto de la familia Smith. Era hija del señor Smith, hermana de Joe.

Según el diario personal de la criminal, su mamá le conto en el lecho de muerte que había tenido cierto amorío con el esposo de su mejor amiga y él nunca supo porque fue cosa de una noche y nada más. Desde el día que la señora Green supo que estaba embarazada ha estado planeando su venganza peo al no poder culminarla la cedió a su hija. Alimentando el odio desde la infancia.


Y con esto termina mi reportaje y lo tiro al césped. Estoy en el cementerio frente a la tumba de Joe Smith, lo he venido a ver, desde que salí del hospital, las imágenes vienen a mi mente cada noche, sus palabras, mi llanto. La policía entrando y cubriendo dos cuerpos. Sí porque mientras yo lloraba a Joe, mi mejor amigo lloraba a su hermana quien se suicidó al descubrir que Joe se interpuso entra la bala y mi persona.

A pesar de todo no tengo rencor contra Margot, siento lastima por su alma. Suzanne Smith ha puesto gerente en Little Brown mientras ella se exilia en Australia. La llame dos días después del incidente, fue amable en avisarme del sepelio pero hasta ahí llego nuestra comunicación.

Por mi parte he vendido mi departamento y tengo las maletas listas para mi regreso a Nicaragua. Carolina se ha vuelto loca de preocupación, mi madre ni se diga. Ya compro una casita muy bonita en la primera entrada en Las colinas, donde residiremos mi mamá, mi hermano y posiblemente una persona más, si acepta.

-Adiós.

Susurro a la lápida y pido que me bendiga desde donde quiera que esté. Porque o que voy a hacer en este momento es vencer el miedo y abrir mi corazón.


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-¿Qué pasa Geovanna, cual es la prisa por verme?

Orlando se recuesta en el marco de la puerta de su nuevo apartamento.

-Ya sabes que me voy- digo y mi voz es demasiado débil, tengo 30 minutos antes de que salga mi vuelo, así que he traído las maletas conmigo.

-Lo sé.

Su voz se quiebra y aparta la mirada, ha sido difícil para él. Esta solo en esta vida, sin nadie.

-Mira Orlando, tú sabes que yo ame a Joe. Y no estoy aquí para que lo recordemos juntos. Estoy aquí- tomo una bocanada de aire- Estoy aquí para decirte que me gustas y no sé hasta cuando me gustes. Nunca se sabe conmigo no sé si me vas a gustar para una noche o para siempre. Pero lo quiero intentar y si estás dispuesto a que te vengas conmigo a Nicaragua.

El silencio es incómodo, Orlando no dice ni pió.

-¿Te gusto o no Orlando? Dime algo.

Al ver que no responde me giro para irme antes de hacer el papel de niña y ponerme a llorar. Puede ser que haya encontrado a otra persona después de todo este tiempo.

-Geovanna- Su voz eriza los pelos de mi nuca y me giro- Me gustas, siempre me has gustado. Desde que te conocí, desde siempre y lo quiero intentar. Quiero intentar todo contigo Kissa.





"Él era un Dios y ella... ella como una virgen. Y los Dioses le enseñaron a pecar y juntos escribieron esta triste historia de amor"

Cercana ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora