Capítulo 36

15 3 0
                                    


Solo escucha... mi mente reproduce una y otra vez la voz de Joe. Lo cierto es que es difícil escuchar el disco cuando a mi mente vienen recuerdos y dudas... ¿Realmente él piensa en mí cuando escucha esas canciones? La letra de ellas ¿serán sus palabras?

No puedo con ello, simplemente regresa cuando mi vida reside en orden, conseguí el empleo de mis sueños, las cosas resueltas con mi mejor amigo...Orlando, se va a enfurecer cuando sepa todo... Joe es algo letal, viene y pone mi mundo de cabeza en un abrir y cerrar de ojos. Es increíble como solo el hecho de una mirada, un roce o el eco de su voz en mi mente eriza la piel; pensar en él todo el día...



***********************************************



Todo es en calma, al menos para el resto del mundo lo es. Orlando me citó para cenar. El restaurante es bueno, con un ambiente de calma y paz, una leve melodía a lo lejos.

-Es él- y bajo la vista, Orlando inmediatamente ladea la cabeza y me toma del brazo guiándome hasta la mesa... ¿a la mesa? Enserio, el diablo habita ahí y él me lleva de ofrenda.

A escasos centímetros de su mesa, Orlando me ayuda a sentarme y me dispara una mirada para que obedezca. ¿Cuándo me convertí en un ser tan sumiso? Espera, siempre lo he sido, siempre...

-No lo tomes a mal Geovanna pero necesito que arreglen su situación.

Orlando es el primero en interrumpir el ensordecedor silencio. Ahora él defiende a Joe.

-Así es Geovanna, nuestra situación es de lo que debemos hablar- Ahora Joe toma la palabra y como tip nervioso ata y desata el nudo de su corbata.

-No quiero hablar de esto.- es lo único que digo y estoy preparada para salir huyendo, otra vez.

-No, es ahora que vamos a hablar... No puedes seguir huyendo, no ahora que...

-¿Ahora qué? No todo puede estar girando en tu entorno Joe Smith, no eres el único aquí sufriendo. No siempre obtendrás lo que deseas, no soy tu juguete. Mi mundo está bien como para que vengas y lo disuelvas.

No sé en qué momento he empezado a llorar y las arcadas vienen los brazos de Orlando ciñen mi cintura. Joe hace ademan de acercarse y grito "no". La mirada de los demás está puestas en nosotros.

-No ahora que he empezado a olvidarte - susurro.

Orlando me saca del local y pide su auto, el tipo parece llevar años cuando por fin trae el auto de mi mejor amigo.

Ya puestos en el auto y de camino al apartamento de Orlando me recuesto en su hombro y el rabillo de mi ojo capta una luz amarilla al lado izquierdo.

Cuidado... pero es tarde, nos han dado... Directamente al lado de Orlando...

Cercana ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora