TRES

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- ¡Oye! ¿Por qué corrías? Te estaba llamando.-Dijo el pelinegro apartándose el pelo de la cara.

- Claro que te había escuchado, pero eso no significa que deba pararme a escucharte.

- ¡Uy! Que humor nena. ¡Oye! ¿Tú no estás cansada? Podríamos ir a tomar algo.

- No lo estoy, el que no sabe correr eres tú. Yo estoy en forma.-Dije mirándolo con superioridad.

Cuando le había oído llamarme, había salido corriendo hacia el interior del bosque con la intención de despistarle, pero no había logrado mi objetivo; estaba en bastante forma para ser humano.

- Bueno eso no importa. ¿Por qué has salido corriendo así en el comedor? Llevo mucho rato buscándote.- Dijo el idiota.

- Eso a ti no te importa.-Respondí bruscamente.- Déjame en paz.

- ¿Y qué haces aquí fuera?-Dijo haciendo caso omiso a mis palabras anteriores. Por lo que yo, me di la vuelta y empecé a marcharme.- ¡Oye Nia! ¡Hazme caso!

Entonces me paré al instante. Y me giré de vuelta.

- ¿Cómo me has llamado?- Dije mirándole amenazante.

- Nia- Dijo mirándome con burla- Vera nos ha dicho que te llamáramos así. ¿Es que te molesta?


Esa cara de falsa inocencia me está cabreando mucho...

Y a mí... Él también tiene algo raro. Su olor...


-Cállate mocoso. A mí no me vengas con chulerías, de hecho, ni me vengas.

Entonces me giré y me marché corriendo.

* * *

- ¡Nia! Te estaba buscando, ¿dónde te habías metido?


Agh, ya empezamos con las preguntitas del demonio...

...

¿Clea? ¿Estás bien?

...


- ¡Nia...!

- ¡Cállate de una vez!-grité cortando lo que fuera a decir-Te voy a dar un consejo y espero que me escuches bien, porque no te lo voy a repetir: no me hables, no me mires, ni siquiera me pienses. No soy tu amiga ni lo voy a ser, así que no te esfuerces.

- Pe-Pero yo...-dijo a punto de ponerse a llorar.


Como odio la debilidad de los humanos.

...

Clea, ¡Joder responde!

No chilles. No sé qué me pasa, pero no me encuentro bien...

Estaba muy asustada no me vuelvas a hacer esto...


- Niña, ahora no te pongas a llorar. No puedo creer que los humanos seáis tan débiles.

- Debo ser masoquista...-sollozó- pero... Ya lo decidí. No voy a dejar de hablarte, sé lo que es estar solo.- dijo decididamente- Voy a estar aquí aunque tú no quieras.

- Haz lo que quieras- Gruñí.

Y me fui a mi habitación.

* * *

No me encuentro bien, Bry. No sé qué es lo que me pasa, pero no se siente normal. Quizás nuestro mate podría hacer algo para ayudarme...

No vamos a buscarlo, Clea, nos haría más daño y lo sabes.

Bry...


- ¡Oye tú!- Dijo una voz desde atrás de mí.

Al instante detecté su olor a chocolate y empecé a correr.

- ¡Espera, no huyas!-Gritó empezando a perseguirme.

Su voz era maravillosa, ronca, sexy...

¡No pienses en eso!

- ¡Te tengo!-gruñó atrapándome entre sus brazos.

- ¡Déjame! ¡Suéltame!- grité retorciéndome, a lo que él me abrazó más fuerte.

- No.-gruñó-tú y yo vamos a hablar, así que no huyas.

- No quiero hablar contigo.

- Me da igual.

Entonces una ola de dolor me invadió y me desmayé.

* * *

Abrí los ojos y me encontré en una cama extraña, en una habitación desconocida.

La habitación era muy hermosa, de color verde oscuro con dos camas una a cada lado de la habitación con sábanas negras y verdes.

Por el conjunto de colores suponía que estaba en la habitación de algún chico, seguramente de mi mate por el olor del ambiente.

- Por fin despiertas, Nia.-dijo alguien desde la puerta.

No me había dado cuenta de que había entrado alguien, inmersa como estaba en mis pensamientos.

Me giré de golpe, mareándome, por lo que tuve que volver a tumbarme.

En la puerta estaba ese pelinegro imbécil mirándome de arriba abajo descaradamente.

Por lo que me miré.

Mi ropa estaba rota por diversos lugares mostrando gran parte de mi cuerpo.

Será...

- Ya sé que estoy buena, pero... ¡¿Puedes dejar de mirarme, joder?!

- Pues no.-Dijo riendo.

- De hecho, ¿Qué haces aquí? ¿Me estás acosando?

- La que está en mi habitación eres tú, nena. El mundo no gira a tu alrededor.

- No lo entiendo, esta habitación no es la de...

- Liam.-Me interrumpió- Sí. Pero también es la mía.

Mierda, no me acordaba de que las habitaciones son compartidas...

- Lo que digas. Me largo.-dije y pasé por su lado dándole un golpe con mi hombro.

Ya en el pasillo, empecé a buscar la salida del edificio, cuando de repente, escuché el ruido de unas pisadas junto con ese olor tan característico.

Tan característico, que ni siquiera necesité que Clea me avisara para saber que él, Liam, se estaba acercando.

Mierda, ¿qué hago ahora?

* * *

¡Hola!

¿Cómo va todo?

Espero que no me matéis.. ¡Perdón por tardar tanto en actualitzar!

He estado en semana de exámenes y no he podido escribir nada hace ya bastante tiempo..

Pero bueno... ¿Qué os pareció el capítulo?

Me han dicho que hay gente que no entiende porque a veces hay textos en negrita, y otros en cursiva, así que he pensado en explicarlo aquí un poco. Cuando el texto está en negrita, significa que Bry está hablando con Clea (su loba); y cuando el texto está en cursiva, significa que Clea, está hablando con Bry.

Espero que os haya quedado claro, si no es así, podéis mandarme un mensaje por inbox, y estaré encantada en responderlo.

Liam en multimedia.

¡Hasta pronto!

LA DECISIÓN DE UNA LOBADonde viven las historias. Descúbrelo ahora