DIECISÉIS

85 7 2
                                    

Como había prometido, cuando salí por la puerta aquella mañana, Jonathan me estaba esperando.

Fuimos juntos hacia el lago con la intención de pasar un agradable día bañándonos. Hicimos todo el camino hacia allí sin hablar, cada uno pensando en sus cosas.

Finalmente llegamos más rápido de lo que había pensado.

Él, sin esperar ni un segundo, empezó a quitarse la ropa; poniéndome nerviosa.

Desvié mi mirada hacia otro lado al ver su marcada tableta.

Empecé a quitarme la ropa para poder entrar al agua, cuando sentí el chapoteo que hacía Jonathan al tirarse al agua.

Cuando me quedé en bikini, dirigí mi mirada hacia donde suponía que tenía que estar Jonathan; y lo encontré apoyado en la orilla del lago, de brazos cruzados, mientras me miraba fijamente.

Me sonrojé.

- Deja de mirarme, pervertido.

Entré al agua de un salto sin esperar su respuesta.

Pasamos toda la mañana entre juegos, bromas y risas; siempre con los momentos pervertidos suyos, pero sin pasarse.

Sinceramente, me lo pasé muy bien.

A la hora de la comida, me llevó a un punto concreto del bosque donde había un claro muy grande, donde había preparado un picnic que no sabía cómo podía ser posible que no se hubiese comido ningún animal de por allí.

Más tarde, puso una manta en el suelo y me lo confesó.

- Es mi hermano.

Lo miré confundida un rato, hasta que por fin le di sentido a lo que me decía.

- De acuerdo. Supongo que por eso no estabas allí, ¿verdad? No lo querías ver.- Asintió.- Lo que no entiendo es por qué no los detuviste.

- Una vez lo hice, ¿sabes?- Se puso triste.- Tenía una hermanita de 6 años; se llamaba Dasy. Había unos lobeznos mayores que se metían con ella. Intenté evitar que pararan. Se lo dije al alfa Nikolay,... y se burló en mi cara. Me dijo que si no era capaz de hacer que pararán, se lo merecía. Mandó a llamar a mi hermanita y a esos chicos y me obligó a ver como le daban una paliza a pesar de sus ruegos. - Empezó a llorar desesperadamente, de manera que me acerqué a él y lo abracé.- Vi como mataban a mi hermanita delante de mis ojos, y no pude hacer nada para evitarlo.- Respiró hondo intentando controlarse.- Dasy era la gemela de Black. Él nunca me culpó, pero yo... Desde entonces casi no puedo ni verle a la cara.


Pobrecito, con lo que ha tenido que pasar...

No fue su culpa, tienes razón.

Pero se culpa por ello.

Nosotras deberemos ayudarle a que deje de pensar eso. ¿Vale, Clea?

Sí.


Después de esa triste conversación, nos pasamos la tarde jugando como dos lobeznos pequeños.

Finalmente, cansados, volvimos a la manada.


Esa noche, soñé con lobos crueles y con niñas asustadas.

* * *

¡Hola!

Nuevo capítulo... Por fin hemos descubierto el secreto de Jonathan, pobrecito...

Comentad y votad si os ha gustado ;3

¡Hasta pronto! <3 



LA DECISIÓN DE UNA LOBADonde viven las historias. Descúbrelo ahora