Lunes, no sé cómo pueden existir personas que amen los lunes o que despierten con una gran sonrisa en un día de mierda a como lo es hoy, aunque quizás eso se deba a que ellos no tengan una vida de mierda a como lo es la mía. Pero no me quejo, al menos tengo salud. Detesto los lunes por varias razones, en primer lugar, significa que vuelve la rutina de cada semana y yo odio la rutina; en segundo lugar, está el hecho de que hoy es el primer día de clases de bachillerato y eso significa que debo ir a clases con un salón lleno de idiotas, a excepción de mi mejor amigo, Harry. A Harry lo conozco desde hace ocho años, cuando ambos teníamos diez; antes de que él llegara a mi escuela, solía juntarme con los idiotas, traté de incorporarlo en el grupo de idiotas, pero había algo en él que era diferente de los demás idiotas y a medida que me relacionaba con él, me alejaba de los idiotas y desde ese entonces, mi único amigo ha sido él, aunque no sea la persona más alegre del mundo. En tercer lugar, odio los lunes porque está muy lejos del viernes, mejor dicho, del fin de semana. No es que haga alguna actividad o salga por la noche todos los fines de semana, generalmente sólo me siento y básicamente existo.
Cada año espero la llegada de una chica linda, y con linda no me refiero a su físico, sino que, a su mente, la mente esconde algo de belleza, que tenga los mismos pensamientos raros que yo y que vea la vida desde otra manera, tal y como Harry me dijo que lo hiciera, por cierto, Harry me salvó de ser un idiota. Volviendo al asunto, estoy un cien por ciento seguro de que esta chica no llegará este año a la escuela, porque ¿Quién demonios se cambiaría de escuela en su último año? La respuesta es, nadie.
Aún sigo en mi cuarto, reposando, siento el cuerpo pesado puesto a que tengo sueño, pero no soy capaz de volver a dormir una vez que me despierto, tampoco tengo la energía suficiente como para levantarme de la cama, la pereza me consume, así que me pongo a pensar en todo lo que hice el fin de semana llegando a concluir que no hice algo productivo, no hice nada, perdí mi tiempo haciendo absolutamente nada, aunque el arte de hacer nada requiere mucho tiempo, así que vuelvo a pensar en que fui productivo haciendo nada.
Luego de una hora, finalmente decido salir de mi habitación, únicamente porque me dio hambre y la comida es mi único amor por el momento, en el futuro mi esposa será mi esposa y la comida mi amante, me encanta comer. Lo gracioso de todo esto es que soy delgado, a pesar de que mido un metro ochenta y también de pasar casi todo el día comiendo.
Bajo por las escaleras y mi madre está desayunando junto a mi padre en la mesa del comedor.
—Apúrate —dice mi padre con la boca llena—. Se te va a enfriar la comida.
Asiento y tomo algo que parece ser un omelet, la comida de mi madre podrá verse asquerosa, pero al momento de dar el primer bocado te das cuenta que estabas equivocado, esto también me ha servido como una manera de emplearlo en las personas, y es aquí en donde viene a mi mente aquella frase «Lo esencial es invisible a los ojos» de El Principito, escrito por el francés, Antoine de Saint-Exúpery. Pienso que la personas deberían enfocarse más en la mente de una persona que en su físico, aunque también deberían de tener en cuenta que no deben irse con la primera persona que les haga creer que es su "Alma Gemela" o esa clase de porquería.Me sirvo jugo de naranja, tomo el platillo con el omelet y el vaso lleno de jugo de naranja y vuelvo hacia mi cuarto, la mayoría del tiempo desayuno a solas en mi habitación. Mi relación con mis padres no es tan buena que digamos, mientras ninguno de los dos esté en casa, mejor para mí. Podría decirse que es la típica rebeldía de un adolescente contra sus padres, hace un tiempo pensé que era así, pero aún los sigo odiando, por muchas razones las cuales no se las he dicho a nadie durante todo este tiempo.
Tomo un baño, me arreglo y también meto unos cuadernos en mi mochila, en menos de una hora es el primer día del infierno repleto de idiotas, antes me emocionaba únicamente el primer día pensando en que llegarían chicas nuevas, pero este año no será así, estarán los mismos idiotas en quizás, el mismo salón de clases y con los mismos maestros.
Antes de entrar a la escuela —mejor conocido como el infierno—, me detengo y saco mi celular de mi bolsillo, busco mi playlist favorito, que es el de rock, y pongo «Highway to hell» de AC/DC, porque realmente iba a entrar en el infierno y quería que mi entrada fuera épica, aunque únicamente la escuche yo con el volumen a tope. Cuando la canción finaliza, me quito los audífonos para entrar al mundo real, lo cual me deprime un poco porque la realidad es una mierda y la mayoría de las personas que lo componen es estúpida, y eso también me entristece, no es que sea egocéntrico, sino que, escuchar a tipos mencionar tetas y culos, me parece de alguien que es un completo cavernícola, también lo es la persona que le grita a su televisor cuando ve los deportes y también para el que va al gimnasio y se pone tan musculoso que parece un gorila. Hay cientos de cosas sobre que conversar, cosas interesantes, ingeniosas, etc. Y ellos deciden hablar sobre eso, puras idioteces.
Como es usual, me siento al final del salón justo al lado de la ventana. Este primer día la pasaré completamente solo, Harry no ha venido, espero que no se haya deprimido, porque de ser así, es lo suficientemente capaz de meterse un tiro en la sien, entre otras formas de suicidarse. En cambio, yo, podría tener todo el cuadro mental y moral de un suicida, menos la fuerza o la valentía que se precisa para meterse un tiro en la sien. No es que tenga miedo de morir, sólo que aún me quedan muchas cosas por hacer y porque también quiero saber si existe el día perfecto, eso quiero más que nada en el mundo y a alguien a quien amar, sé que esa chica está en algún lugar del mundo y espero que sea la perfecta, por más que tenga imperfecciones, a veces me pongo a pensar que si la llego a conocer, ese sería el día perfecto, porque con ella empezaría todo, ella es la única que puede hacer desaparecer mi depresión para ser feliz. La felicidad no depende de una persona, por más verdadera que sea la expresión, yo la necesito a ella, no debería ser así, pero, sin ella no puedo ser feliz. Espero encontrarla pronto.
—Bienvenidos chicos y chicas, sé que están muy emocionados y a la vez tristes porque este será su último año en esta institución, así que no se metan en problemas y estudien, para que así puedan ingresar en las mejores universidades de nuestro país. Parece que no hay nadie nuevo —tal y como yo lo esperaba—. Así que vamos a excluir lo de presentarnos uno por uno porque ya todos se conocen.
A decir verdad, estoy más feliz por irme que por quedarme, aunque aún no sé a qué universidad iría Harry.
—Señor Svensson, el pizarrón está acá, no en la ventana —todos se ríen—. ¿En qué estaba pensando cuando veía a la nada?
—En lo feliz que estaré cuando me largue de aquí, señor.
—¿Qué? ¿No extrañarás a tus amigos? —pregunta en un tono de preocupación. Me levanto de mi asiento y respondo:
—No, son idiotas, ¿Por qué habría de extrañar a un puñado de idiotas? —todos se me quedan viendo en silencio y algunos fruncen el ceño, al parecer lo dije en voz alta y no en mi mente, era primera vez que decía eso. Escucho decir uno que otro «raro» pero eso no me importa.
—Bien, se ha ganado un castigo por utilizar palabras soeces, así que me quedaré con usted después de clases —vuelvo a sentarme y aún escucho que algunos me dicen «raro» y otros se ríen de mí, sigue sin importarme en lo absoluto.Empiezo a preguntarme si seguirían riéndose y llamándome «raro» si me suicido. Me los imagino a todos, llorando como hipócritas, aunque quizás lo hacen porque se sienten culpables de todo lo que me dijeron o hicieron. Sería una estupidez llorar por alguien a quien le he dicho cosas para nada agradables, pero así son las personas de este jodido mundo, son sosas.

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Desde las estrellas
Romance«¿Existe el día perfecto?» Esa es la interrogante que tiene Wes, un chico que tiene una forma de pensar muy peculiar sobre el concepto de lo que significa la felicidad. Wes quiere morir, ¿Será alguien capaz de detener ese pensamiento? o ¿N...