Indudablemente, eso fue algo raro. No sabía que la imaginaría desnuda, ni siquiera tenía en mente ese pensamiento, aunque no vi su cuerpo porque este brillaba como el mismísimo sol. Así que, prácticamente no la vi desnuda.
Aún sigo en "El duque" y al parecer, he aplastado la rosa de papel con mi trasero.
—No la tires —dice Violet.
—Está bien —respondí.Seguía pensando en lo que había sucedido, fue tan real, se sintió muy real. Estaba tratando de arreglar la rosa, porque en el momento en que la vea, se la daré. Al llegar a la casa de Violet, notamos que hay un automóvil aparcado frente a su casa.
—¿Será Samantha? —pregunta ella.
—No lo sé, probablemente —respondí.
—Sí, quizás sea ella —réplica nuevamente Violet.Harry se aparcó detrás de ese automóvil, salimos y nos acercamos a él, pero no había nadie dentro.
—Extraño —dice Harry.
Tal vez esté en la casa, pensé. Y justamente así era. Al entrar, vimos que Samantha estaba hablando con la madre de Violet.
—Oh, hola chicos —dice la madre de Violet.
—Wes, tú no conocías a mi madre.
—No —respondo—, de hecho, es la primera vez que estoy en tu casa.
—Mamá —nos acercamos a ella—, él es Wes. Wes, ella es mamá.
—Hazel, mucho gusto —replica ella.
—Es un placer —respondo yo mientras le tiendo la mano.
—Bien, los dejo solos. Fue un gusto hablar contigo Samantha —dice Hazel.
—Oh, el gusto fue mío señorita —responde Samantha esbozando una sonrisa.
—No, mamá, iremos al sótano —Hazel asintió.Tomé la mano de Samantha y la ayudé a levantarse del sofá.
—Chicos, luego los alcanzamos —dije. Y luego lleve hacia "El duque" a Samantha, tenía que darle la rosa de papel. Metí mi mano por la ventanilla y cogí la rosa, me acerqué a ella, coloqué su pelo detrás de su oreja izquierda junto con la rosa de papel.
—Voilà —dije seguido de una risa. Ella me quedó viendo con sus ojos cafés cómo si hubiese perdido la razón, pero para ser honesto, con una chica como ella, cualquiera perdería la razón. Tomó la rosa de papel y la quedó viendo impresionada.
—¿Tú lo hiciste? —preguntó.
—No —respondí—, le dije a Violet que lo hiciera, yo únicamente arranqué el poema.
—¿Poema?
—Sí, ábrela y verás —reí—. Es un poema de Neruda.
Abrió la rosa de papel y empezó a leer el poema. En él se leía:"En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces
y viven en tu vida mis infinitos sueños.
La lámpara de mi alma te sonrosa los pies,
el agrio vino mío es más dulce en tus labios:
oh segadora de mi canción de atardecer,
Cómo te sienten mía mis sueños solitarios!
Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa
de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda.
Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo
estanca como el agua tu mirada nocturna.
En la red de mi música estás presa, amor mío,
y mis redes de música son anchas como el cielo.
Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto.
En tus ojos de luto comienza el país del sueño."—Wes, esto es... —no termina la frase cuando se abalanza a mis brazos, ladea la cabeza y me besa. Sus besos te provocan una clase satisfacción cómo si estuvieses viendo el color que toma el océano después de una tormenta. Lo cual es hermoso.
—Un "qué lindo" me bastaba, pero bueno —reí, ella se río de una forma más coqueta.
—Entremos —me dice.Usualmente, los sótanos suelen ser lugares lúgubres y terroríficos, en cambio, el sótano de Violet no era así. Tenía un sofá en medio del sótano, un televisor pequeño en un mueble pequeño, un tocador, una mesa para café o té o lo que sea —no necesariamente se ocupa una mesa para esas cosas—, un tocadiscos con una capa de polvo y un estéreo. No es la gran cosa, pero parece acogedor. Violet y Harry estaban tomándose fotos con una vieja cámara Polaroid.
—Oh Dios mío —dice Harry sonando asustado.
—¿Qué pasa? —pregunta Violet.
—Eres hermosa.
Violet le sonríe y luego se besan en el sofá.
—Oh, hola —dice Violet dirigiéndose a nosotros.
—¿Nos trajiste acá porque nos vas a matar? —pregunta Samantha entre risas.
Todos reímos.
—Muy graciosa —responde Violet—. Es más cómodo estar aquí que en mi habitación o en la sala, con mi madre.
—Hablando de eso. Tu madre es adorable —dice Samantha.
Violet y Harry nos hacen espacio en el sofá para que Samantha y yo nos sentemos.

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Desde las estrellas
Romansa«¿Existe el día perfecto?» Esa es la interrogante que tiene Wes, un chico que tiene una forma de pensar muy peculiar sobre el concepto de lo que significa la felicidad. Wes quiere morir, ¿Será alguien capaz de detener ese pensamiento? o ¿N...