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Creo que no besaba a nadie desde cuarto grado, cuando una niña llamada Mery estaba llorando en un arenero durante el receso. Siendo caballeroso, me acerqué a ella para preguntarle el motivo de su llanto, a lo que ella respondió que había perdido en el arenero un anillo que su abuela difunta le había obsequiado. Pasé toda la hora buscándolo hasta que finalmente lo encontré, ella me lo recompensó agarrando mi cabeza y metiendo su lengua en mi boca. Un año después, alguien me dijo que su abuela aún seguía viva y el anillo era una de esas sorpresas que traen los cereales, ella atraía a los chicos a su "Arenero de besos".

Finalmente llegamos a Frenchy's, habían muchas personas dentro, a pesar de ser las dos menos un cuarto de la madrugada, Harry y Violet estaban adentro porque no les veía en el aparcamiento, pero "El duque" aún seguía ahí, así que descartaba el hecho de que me habían abandonado y tendría que regresar a casa por mi cuenta.
—Entraré por la puerta de la cocina —dijo ella. Asentí.

Entré por la puerta principal e inmediatamente ubiqué a Harry y Violet.
—Mamá y papá —les dije con una sonrisa de oreja a oreja—, conocí a una chica.
—Lo sabemos Wes —replicó Violet—. Vimos cuando estaban brincando como locos en el escenario.
—Fue épico —dijo Harry entre risas— ¿Dónde está ella?
—Supongo que está en la cocina con el señor Ed —respondí—. Mañana es el primer día de clases del segundo semestre.
—No, Wes. Es hoy, en aproximadamente siete horas.

¡Mierda!

—Sería genial irnos desde la cafeteria a la escuela —dije. Sudorosos, cansados y sin bañarnos, claro que si—. Saldré a tomar una bocanada de aire fresco, por más que esté haciendo frío afuera.

Salí y Samantha estaba en el aparcamiento.

—¿Qué haces aquí? —le pregunté.
—Estaba haciendo calor en la cocina y como aún tenía tu camisa, decidí salir. Tenía pensado irme a dormir, pero creí que sería divertido irme hecha un desastre a clases —no sabía que decirle, así que le dije lo primero que se me vino a la mente.
—¿A qué escuela vas? —estaba seguro de que no iba a ser de mi misma escuela «Ashton High School» porque a pesar de seguir el mismo patrón de siempre, o sea, de la entrada principal al salón de Katie y del salón de Katie a nuestro salón y así sucesivamente, nunca la había visto en mi vida.
—Voy a Middlesbrough's H.S —respondió ella. Tal y cómo esperaba que fuera—. Voy cursando mi último año.
—Igual que yo.
—¿Por qué no te había visto antes? —dijo confundida.
—Es decir, yo también estoy en mi último año.
Su escuela quedaba a unos treinta minutos caminando de la mía.
—Fue una linda noche —digo sin pensar.
—Lo fue —dice mientras clava sus pupilas en las mías. Ambos estamos en completo silencio, únicamente estamos viéndonos fijamente como si estuviésemos jugando a quién sostiene la mirada por más tiempo—. Pensándolo bien, creo que iré a mi casa a descansar.
—Está bien —le digo—. Puedo llevarte a casa.
—Lo apreciaría mucho, Wes.

Quiero besarla otra vez, mi nariz está lo suficientemente cerca de su nariz como para sentir una especie de corriente. Bajo la luz de la luna, su pelo parecía la Nebulosa Roja Cuadrada, un hermoso cuerpo celeste. Me contuve para no deslizar mis dedos en él. Nos levantamos sin quitar las miradas del uno al otro, me pasó la mano por la nuca y yo la alcé por la cintura hasta dejarla de puntillas, sentía su aliento nuevamente. Nos besamos. Un beso tan bueno cómo auguraba su sonrisa.
—Hola.
—Hola.
Ella se rio divertida, de un modo tan natural que yo aproveché para besarla nuevamente. Esta vez le acuno la cara entre mis manos y la beso con más intensidad, plenamente consciente del amor que siento por ella. Finalmente nos separamos. Podría haber seguido besándola eternamente.

—Debo ir por el álbum —dice ella. Asiento y la acompaño. No podía irme sin antes despedirme de Ed. Le hice un gesto a Harry para que nos fuéramos.

Entramos a la cocina y todo estaba más tranquilo, al parecer todas las órdenes ya habían salido y no quedaba alguna por atender, Ed se sorprendió al verme.
—¡Hey! Chico, sabía que te vería nuevamente esta noche —dice.
—Sólo vine a despedirme y a prometerte que volveré —le di un apretón de manos.
—Puedo apreciar que tuviste un buen momento con mi nieta —me ruborizo y hago una risilla.
—Sí, digo, fue genial pasar el concierto con ella.
—Aquí está —interrumpe Samantha—. Vámonos.

Ed le da un beso en la frente mientras Samantha lo abraza. Le doy un apretón de manos nuevamente a Ed.

Sigo por la puerta a Samantha, Violet y Harry nos esperaban fuera de "El duque".
—Mamá y papá —Samantha ríe y ellos se limitan a sonreír—, les presento a Samantha. Samantha, mamá y papá.
—Hola, soy Violet.
—Y yo soy Harry.
—Un gusto en conocerte Samantha —dice Violet.
—El gusto es mío —replica ella.
—Bien, vamos a descansar. Nos levantaremos del asco en unas horas.

Todos nos metimos a "El duque" poniéndole un punto final a nuestra aventura. Violet iba adelante junto con Harry y yo iba atrás junto con Samantha, quién luego de unos minutos se durmió en mis hombros, yo me acomodé para que ella durmiera más cómoda y terminó durmiéndose en mi escuálido pecho. Y yo, yo era feliz por haber tenido la aventura más asombrosa de mi vida.

Desde las estrellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora