«¿Existe el día perfecto?»
Esa es la interrogante que tiene Wes, un chico que tiene una forma de pensar muy peculiar sobre el concepto de lo que significa la felicidad.
Wes quiere morir, ¿Será alguien capaz de detener ese pensamiento? o ¿N...
Hoy, en noche buena, Samantha y yo cumplimos un mes juntos como pareja. También, hace unas semanas terminé la escuela y me gradué; mis padres estuvieron felices conmigo y les presenté a Samantha como mi novia. Al principio, mi madre estuvo un poco sorprendida, luego se dio cuenta que la razón por la cual me comporté de tal forma aquel día, fue por Sam. Por otro lado, mi padre ya lo sabía y a mí me sorprendió que no se lo hubiera contado a mí madre.
Generalmente, la tasa de suicidios aumenta en un día como hoy, porque la mayoría de personas que han decidido acabar con sus vidas, no tienen a nadie con quien pasar sus navidades. No tienen amigos, familia o pareja, mejor dicho, no tienen razones para vivir o quizás sí; tal y como yo no las tenía hace un año.
Los pensamientos que tenía sobre suicidarme, han desaparecido. Me siento feliz, con energías e incluso, he empezado a ganar peso y musculatura. Samantha, mi nebulosa roja cuadrada, me cambió la vida.
Habíamos quedado de ir esta noche al Frenchy's; menos mal que sólo está haciendo frío y no nevó en toda la semana. Ed y los empleados iban a ambientar el lugar para celebrar noche buena, y también, nosotros vamos a hacer entregas de regalos para nuestro amigo secreto. A mí me tocó Violet; al principio, no tenía idea sobre qué podría regalarle, así que luego me di cuenta de el regalo perfecto para ella.
Mi regalo para Violet era un cuadro de una resonancia magnética funcional del cerebro de Harry, en la cual, su corteza orbitofrontal estaba iluminada.
Unas semanas antes de Navidad, Harry y yo estábamos adornando la casa de Violet. Yo me encontraba en el suelo, asegurando la escalera en dónde se encontraba Harry colocando las luces navideñas en la canaleta de la casa. Todo iba bien por el momento a pesar de la nieve que caía.
Un copo de nieve entró por mi nariz y esto provocó que estornudara mientras sostenía la escalera con ambas manos. Al estornudar, moví la escalera lo suficiente como para hacer que Harry cayera al suelo. Se golpeó la cabeza y también se hizo una pequeña herida que necesitaría puntadas. Me acerqué y por suerte, no estaba inconsciente, pero sí estaba mareado.
Lo llevé al hospital y el doctor nos dijo que había sufrido una pequeña contusión y que en unos días estaría como nuevo. No fue nada grave. Entonces, el doctor hizo que Harry tomara esa resonancia sólo para asegurarse que todo estuviera en orden y no ocurriera nada en el futuro.
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Violet y Harry pasan por mí. Le digo a mis padres que regresaré después de media noche y asienten. Tomo el regalo de Violet y también otros dos para Samantha y Harry, aunque estuviera violando la regla de los regalos del amigo secreto —si es que existen reglas—. Los guardo en el maletero sin que ellos se den cuenta de los otros dos regalos.
Llegamos a la casa de Samantha. Violet me dio unos girasoles para que se los diera a ella cuando abriera la puerta. Toco la puerta y abre su padre, llevaba una camisa de botones y unos jeans rasgados; sostenía una copa de vino en una de sus manos. Abre la puerta completamente y se recuesta sobre ella. —Buenas Noches, Señor. Asiente y sonríe. —¡Sam, hay villancicos afuera, ven a ver! —grita y me guiña el ojo— Entra.