Noche de concierto/aventura.
Dejamos a "El duque" en el aparcamiento de la cafetería. No estábamos muy lejos del concierto, estábamos a un kilómetro aproximadamente de donde sería el concierto así que fuimos caminando. Al llegar, el lugar estaba abarrotado y hacía frío, un frío que me hacía fruncir el entrecejo. Harry está frotando los brazos de Violet de arriba a abajo para mantenerla en calor cuando la fila empieza a moverse. Creo que contabilicé unas doscientas personas delante de nosotros, de las cinco filas que habían, Violet había conseguido el lugar más cercano al escenario.
Fue difícil entrar, tuvimos que pasar por un mar de gente hasta llegar al sitio que nos correspondía. El escenario a penas se elevaba unos dos metros, así que, si el cantante de My Chemical Romance es bajo, podré mirarlo a los ojos directamente. Más personas siguen entrando hasta que el lugar queda totalmente abarrotado. Violet se me acerca al oído y me dice:
—Wes, esta noche te quedas solo, nosotros nos perderemos entre la multitud y si no nos encontramos nuevamente, iremos a la cafetería.
—Está bien —respondí nerviosamente.Me asustaba un poco la idea de estar solo en un lugar lleno de extraños, pero qué más da. Harry y Violet se perdieron entre la multitud y por unos segundos me sentí como Plutón, solo y alejado de los demás planetas. Pero no es justo para ellos estar cargando a un bebé de un metro ochenta y que pesa cincuenta kilos, aunque me parece divertido empezar a llamarles mamá y papá.
Cuando salieron al escenario, la multitud empezó a ponerse eufórica y a gritar como si estuviesen dentro de una de las historias de terror de Stephen King o de H.P Lovecraft —no gritaban aterrorizados, todo lo contrario, obviamente—, yo solo estoy ahí, sonriendo, pero estoy extremadamente feliz —así que esto era sentirse feliz—.
No pasó mucho tiempo cuando empecé a mover las manos y la cabeza, iniciaron con algunas canciones "alegres" como Na Na Na y Mama. A medida que caía la noche, empezaron a sonar canciones más tristes cómo Sleep, Famous Last Words y The Ghost of You, hicieron una pequeña pausa y los reflectores empezaron a apuntar a la afición y luego uno de esos rayos de luz iluminó a una chica. El tiempo se congeló en ese momento, dicen que eso sucede cuando conoces al amor de tu vida. Ella no era tan alta, media unos 1.70-1.65 metros, llevaba un top negro con My Chemical Romance escrito a mano, su pelo era corto rojizo, y a pesar de no tenerlo muy bien arreglado, se miraba hermosa y sus jeans estaban tan apretados que describían perfectamente las curvas de sus piernas, pude notar con total facilidad sus ojos cafés, de los que quitan sueño —citando lo que dijo Ed—. Me miró y me lanzó una sonrisa, yo aparté la mirada y empecé a sonreír, no quería que ella supiera que la estaba viendo, aunque justamente eso hacía.
Veo hacia el escenario por unos minutos y dirijo la vista nuevamente hacia el lugar en donde se encontraba esta chica pero no la encuentro, empiezo a adentrarme en la multitud y a mirar por todos lados, pensé que la había perdido, me quedo inmóvil, y luego alguien me toca los omoplatos.
—Hey, no pude evitar hablarte ya que noté que me estabas viendo pero nunca tuviste la iniciativa de acercarte hacia mí, y vamos, por un momento pensé "este chico delgaducho me está viendo" y por lo visto también pensé "no creo que sea un idiota porque 1) al parecer no me está viendo el culo ni los senos (quizás) como otros idiotas que lo hacen y 2) está viendo mi rostro como si tratase de ver mi alma a través de mis ojos o tal vez quería grabar en su mente mi estúpida sonrisa" —sonreí. Tenía una hermosa sonrisa—. Por cierto, me llamo Samantha.
—Para serte sincero, empezó a sonar You're Beautiful de James Blunt en mi cabeza —le confesé.
—Ya sé a qué parte de la canción te refieres, me parece que tienes buen gusto musical, desconocido —respondió.
—Wes, me llamo Wes.
—Bien Wes, no tenía planeado hacer esto con alguien, pero si quieres puedes acompañarme en esta pequeña aventura en la cual podríamos terminar en la cárcel —esbozaba una sonrisa de oreja a oreja.
—Sí, seguro —respondí—. ¿Qué haremos exactamente?
—Tu sólo sígueme, mientras tanto, no me vuelvas a perder de vista nunca —me guiñó el ojo.Justamente eso hice, durante el resto del concierto nos la pasamos saltando, gritando y moviendo las manos al ritmo de la música, era feliz, estaba feliz, pero no únicamente porque me estaba divirtiendo, sino también porque estaba con esta chica y había dejado de importarme que Harry y Violet me hayan abandonado. Creo que siento algo por esta chica. La banda hizo una última pausa y nos pidió que sacáramos nuestros encendedores para la última canción del concierto.
—Welcome To The Black Parade, justo a tiempo —dice ella y luego me tomó la mano.
Mi mano empezaba a sudar, lo cual me parecía un poco vergonzoso justamente por el tipo de chica con quien estaba. No es que ella sea una de esas que únicamente se fijan en el físico o algo así, pero al estar con alguien como ella, quieres que todo te salga perfecto. Volteaba la vista hacia mí y me sonreía, yo le devolvía una sonrisa nerviosa. Dios. Nos acercamos a los últimos versos de la canción y todavía no habíamos iniciado el plan que ella tenía y que no me hizo saber. Pero luego tiró de mi mano con fuerza y gritó:
—¡Ahora! —y estalló en risas.
Corrimos y empujábamos a las personas que nos bloqueaban el camino. Ya sabía a dónde iba esto. Les pidió a unos chicos que estaban al frente justo en donde están las mallas de contención que la ayudaran a saltar. Soltó mi mano y ella traspasó la malla con ayuda de ellos, se volteó hacia mí y me dijo que saltara y exactamente eso hice. Los de seguridad no nos vieron, subimos a cómo pudimos al escenario, nos colocamos justamente al frente del escenario y ambos alzamos las manos y brincamos como si hubiésemos obtenido un premio justamente cuando el verso final de la canción empezaba a sonar y la afición gritó eufóricamente, como cuando tu equipo favorito de fútbol gana un trofeo importante. Y yo me sentí así, había conseguido algo, a alguien, a ella. Ninguno de los guardias intentó cazarnos.
Cuando la música se detuvo, aún seguíamos en el escenario, no podía escuchar absolutamente nada por la euforia de los presentes. El vocalista le agradeció a la afición y pidió que gritaran por los dos jóvenes (ella y yo) que con mucha valentía subieron al escenario. Volteé la vista hacia ella y sus ojos brillaban, pude leer en sus labios que dijo "Salta" porque no se escuchaba nada, me tomó de la camisa, le seguí el paso, tomamos impulso y saltamos. Sentía todas las manos que tocaron casi todo mi delgaducho cuerpo, nos arrojaron hacia arriba en ocasiones, luego quienes nos sostenían hicieron que ambos nos acercáramos, tomé su mano, la miré de reojo y por primera vez en mi vida era feliz. En ese momento me sentí como una estrella de rock.
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Desde las estrellas
Romance«¿Existe el día perfecto?» Esa es la interrogante que tiene Wes, un chico que tiene una forma de pensar muy peculiar sobre el concepto de lo que significa la felicidad. Wes quiere morir, ¿Será alguien capaz de detener ese pensamiento? o ¿N...