Mi felicidad eres tu...

Capitulo 8

La sorpresa de mi madre.

Catalina

Llego a casa y veo que mama no está, tal vez tuvo una emergencia en el hospital ya son las seis de la tarde y todavía es de día.

Entro a la cocina y veo que hay una nota en la mesada de la cocina.

"Cata Salí un momento, luego tenemos que hablar."

Siento e estomago vacío, mama jamás me dice "tenemos que hablar" que habre echo....

Tomo un jugo de naranja y subo a mi habitación, cuando llego veo el desorden que se ha formado desde el comienzo de mi depresión, no tuve energías como para ordenar la habitación todos los días, todavía están los pañuelos que use cuando llore descontroladamente encima de la mesita de luz, en el piso los papeles de todos los chocolates que me trajo mi madre y las sabanas sin lavar desde hacía mucho tiempo.

Así que comencé a ordenar todo en su lugar poniendo música a todo volumen y escuchando Little Mix. Si Belén me ve lloraría de la risa con mis pasos de baile.

Al terminar observo por la ventana que ya es de noche y mama no ha vuelto, así que decido prepararme la cena... que cena por dios estoy cansada... me fijo en el freezer y saco unas empanadas para calentar.

Escucho un ruido en la puerta y veo llegar a mama.

—Hola ma, que sucedió que llegas tan tarde?

—Bueno... ven al living y hablamos bien.

Me mira preocupada por algo que hice yo...? O fue ella?...

Nos sentamos en los sillones color azul marino y me mira seriamente, incomoda sin saber ni como colocar las manos.

—contame, que paso mama?

—bueno... es que es difícil decírtelo, se que tengo mucha confianza en vos pero igual me cuesta...

Hace una pausa para tomar aire y comienza a hablar

—comencé a salir con un hombre...

Siento que estoy soñando, después de cuatro años desde que mi padre murió mi madre se desveló por mí e hizo todo lo inimaginable para que sea feliz

—Enserio mama? Y cómo es? Van por algo serio? Como se llama? Hace cuanto mama!!!!!

—Calmate Catalina!!!

Me dice entre risas nerviosas, supongo que no esperaba esa reacción en mi

—Bueno lo conocí en el hospital, su hija estaba internada tiene tres añitos y su madre falleció de Cáncer hacia un año, yo tenía que ir a verla muy seguido para controlarla, estaba con neumonía y es muy chiquita así que a su padre lo veía periódicamente, y fue sin darme cuenta que empecé a visitar a la niña sin motivo alguno y el me pidió que luego de que la niña saliera de internación si quería salir a cenar con él. Al principio no estaba segura porque era la pediatra de su hija pero me había encariñado con el así que acepte, hoy fue nuestra primera cita.

Cada vez mas noto como comienza a hablar mas segura y alegre.

—Y porque no me contaste nada mama! Aunque no lo sepas estoy feliz mama

Le digo sonriendo tontamente quiero que sea feliz, se lo merece es la mujer más amorosa y luchadora que conozco.

—Y te hubiera apoyado siempre.

Noto como le cae una lagrima, una lagrima que ha guardado desde que fue el funeral de mi padre.

—No llores mama no....

—Es que soy feliz, te tengo a vos Cata y sabiendo que me apoyas siento que ya no tengo tanto peso encima.

Larga un suspiro y yo miro el piso de parquet, pensando de qué forma le voy a contar a propuesta que la directora y no quiero que se sienta mal luego de haberla visto tan feliz y enamorada despues de tanto tiempo entre las sombras.

—en que pensas Cata?

—¿Cómo?, a... estaba preguntándome como se llama tu enamorado mama.

le miento.

Ahora ríe más libremente

—Se llama Eduardo, es ingeniero industrial, y su hija se llama Esperanza tiene los ojos color verde y el cabello igual al tuyo castaño claro. Es preciosa.

—Me encantaría conocerlo cuando lleven mas tiempo saliendo ma, si te parece claro...

—Enserio queres conocerlo? Seria hermoso que se conocieran, son muy parecidos, siempre ve lo positivo a cada situación y le encanta cantarle a Esperanza, como a ti te gusta cantar por toda la casa

Ne dice mientras sonríe, tal vez recordando el día que tome mi cepillo de dientes y corrí por toda la casa cantando Azul de Cristian Castro, tenía cinco años en aquel entonces y mis padres me llenaron de aplausos y besos sin yo entender la situación.

Luego de un rato de silencio tomo coraje y le digo:

—Mama tengo algo que decirte, la directora me ofreció un intercambio estudiantil el próximo año a la escuela de antropología de Edimburgo...

Suelto todo de una vez con los ojos cerrados, luego de hablar los abro de a poco, pensando que ta vez ni siquiera entendio lo que dije... pero no lo entendio muy bien...