9. Cambio repentino.

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¿Que tan bajo había caído?

Me había convertido en un perro que obedecía las órdenes de ese patán. Atada, amordazada y bajo una completa oscuridad. Había perdido la cuenta de cuanto tiempo llevaba allí. Los días pasaban sin que diera la cara, más que para traer comida e irse.

 "¿algún día volveré a Gus?"

Lo extrañaba demasiado. Necesitaba un abrazo suyo, no quería estar más encerrada bajo su poder. Bueno, nadie quisiera haber ocupado ese lugar.  Un lugar donde no eres nadie más que un perro, una mascota dominada por un imbécil, por el idiota de .... Bueno en ese entonces ni si quiera sabía quién me había privado de la libertad. Lo llamaban Steves, Style o algo así. Estaba más que segura, ese no era su nombre, al menos no el real. 

"Lo disfrutaste". Claro que no, era solo que, bueno...

Lo mejor que podía hacer en ese momento era dormir, solo estaba desvariando por la falta de sueño, tal vez. No valía la pena seguir intentando escapar estando amarrada. Era completamente inútil.

¿Que clase de secuestro es este?¿habrá pedido algún rescate?¿me libertará pronto? 

"¿Olvidas que te compró?¿Por que pediría un rescate, mensa?"

Bueno si, pero aún así no lo podía entender. Obtuvo lo que seguro quería, un poco de sexo con la virgen. ¿Por qué no me dejaba ir?.

"pues seguro cree que lo denunciaras si lo hace"

Buen punto. Tal vez si le prometo no denunciarlo me dejara ir. Tal vez...

...

Al abrir mis ojos lo vi, sentado al pie de la cama. Tragué en seco. Lo más horrible era verlo en silencio, no saber si estaba enojado o que, no tener la más mínima idea de lo que su macabra mente pensaba. No me estaba mirando. Su mirada se mantenía fija al suelo.

Suspiré para llamar su atención, a lo que él rápidamente volteó y me quedó viendo en un profundo silencio por un momento, por unos segundos tal vez.

---- hasta que despiertas ----. Fue lo único que vocalizó.

"¿Había esperado a que me despierte por mi propia cuenta?¿Qué clase de secuestrador era? se suponía que los secuestradores eran desalmados que te despiertan a gritos, golpes o echando una cubeta con agua fría  en la cabeza

---- pues si, ¿no me esta viendo acaso? ----. Él frunció el ceño ligeramente.

---- cenaras conmigo ---- anunció. Me había arrojado un trapo, o eso parecía.

--- ¿P-pero qué... ---- cuestioné desentendida,. Observé aquel trapo rojo que yacía sobre mi pecho, no podía tomarlo, mis manos permanecían amarradas a la cabecera de la cama.

---- ¡Ya oíste! --- elevó la voz ----. odio repetir las cosas por segunda vez ----. informó. 

Su mirada era completamente opaca, ya lo he dicho antes y posiblemente volveré a repetirlo, como si la luz que suelen tener las personas hubiera desaparecido por completo, o como si jamás la hubiera tenido.

 ---- te quiero lista en diez minutos, ¿entendido? ----. Demandó. Se acercó a mi, me desato delicadamente y salió de la habitación.

Apenas me había desatado, Sobé mis muñecas. Dolían demasiado, estaban enrojecidas y marcadas por las sogas que las envolvieron por más de dos días seguidos. Mi vista se centró sobre aquel trapo. Lo tomé. mis ojos se abrieron al ver de que lo que se trataba.

Síndrome De EstocolmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora