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- ¡INFELIZ! -. Gritó casi con todas sus fuerzas. Su vista se había nublado. Una capa humeda en sus ojos le habia provocado ver con dificultad. Y al parpadear sus mejillas se empapan por agua salada.

"Edward" permanecia mirandola fijo, mientras sobaba su mejilla abofeteada.

- ¿Qué ocurre? -. Cuestionó sin entender. Ella solo lo enpujo y entró al cuarto -. ¡Eres un maldito mentiroso! -. Vociferó -. ¿Cómo pudiste jugar asi conmigo? -. Sollozaba -. ¿Cómo pudiste jugar así con mis sentimientos?

Él cerró la puerta y caminó hasta ella.

- _______ -. Quiso sujetar el brazo de ella más la menor lo corrió al notar la intención de él y se alejó del mayor.

- ¡No te acerques! ¡ni se te ocurra tocarme! -. Exigió mientras sus lágrimas caían y su voz se quebraba más y más. Él ni si quiera entendia.

- Pero joder, calmate, ni si quiera entiendo que te pasa. ¿La calle te pone más loca o que?

Ella solo lloraba frente a sus ojos. Lo miraba con decepción. Con asco. Con desprecio. Con una pizca de amor.

- ¡No te hagas el idiota, tu sabes perfectamente que pasa! -. Lo empujó con enojo. Él sujetó sus brazos y la detuvo frente a él -. ¡Suéltame! -. Gritó y se safó de su agarre como una fiera. Jamás habia sido tan fuerte. Jamàs.

- No se de que hablas joder, ¿cómo debo decirtelo? ¿ah? -. Frunzó su ceño -. Sientate y dime ¿qué demonios sucede contigo?

Ella solo negaba viendolo. Tomó una bocanada de aire para no quebrar la voz y habló.

- ¿En verdad? ¿Necesito ser más clara contigo para que entiendas de que hablo.... Styles?

Él la miró. Su corazón se encogió al escuchar su nombre al final de la oración. No podia creer como lo había llamado.

- ¿C-cómo me llamaste? -. Preguntó.

- ¡STYLES! -. Vociferó -. Ese es tu nombre ¿no?o prefieres que te llame -. Tragó en seco -. Harry...

- ¿De que hablas?

- ¡Ay por dios! -. Negó y masculló exasperada -. Ya deja de hacerte el idiota ¿quieres? Ya se quien eres... ya se toda la puta verdad. Ya se la mierda que hiciste, ¡imbécil! -. Lo insultó.

Él solo calló. Un nudo se formó en su garganta. No sabía que decir. No sabía ni como mirarla.

- ¡¿Y?! -. Lo empujó con una de sus manos -. ¡No dirás nada! -. Él levantó la mirada. Sus ojos brillaban. Por primera vez queria quebrarse como si hubiera perdido lo más preciado de su vida.

Era el fin... ya no podía mentir.

- ¿C-cómo... -. Apretó sus labios entre si -. ¿Cómo lo supiste?

- ¿Qué? ¿Te sorprende que esta boba crédula haya descubierto la mierda que eres? -. Intentaba no llorar. ¡Joder! Como le costaba no desplomarse... como le costaba.

- No digas eso...y-yo...

- ¡Cállate! -. Masculló. Su mirada estaba llena de odio -. ¿Qué dijiste? Aprovecho para hacerme el muerto y hacerla sufrir... y como no te bastaba con eso me buscaste para torturarme con un recuerdo.

- ¿Qué? ¿Qué estás diciendo, joder?...

- ¡La verdad! -. Gritó -. Lo que tu ocultaste como la mierda que eres.

- ¡No es así! Si... si me dejaras explicarte... yo te juro que...

- ¿Explicar qué? Me queda muy claro que ... que lo único que quieres es hacerme sufrir ¡como a ti te hicieron sufrir! Porque estas tan podrido por dentro que no puedes ver a nafie feliz. Ni si quiera si la felicidad de ese alguien eres tú. Eres un sádico asqueroso que no le importó destrosarme la vida.

Síndrome De EstocolmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora