46

1K 77 24
                                    

-  Harry -. Sollozaba sin cesar. Aferrándome a su cuerpo. restregando la yema de mis dedos contra su ropa, escondiendo mi rostro entre su cuello y hombro, buscando una especie de refugio. 

Sus brazos me habían rodeado, me había envuelto con suavidad y calidez, me sentía... protegida. Me sentía en los brazos de mi amado...

"Edward" no era capaz de decir ni una sola palabra. Debía aprovechar ese momento para abrazarla, para sentirla más cerca, para inhalar el aroma de su cabello, para sentir la calidez de su cuerpo, para sentir su corazón palpitar contra el suyo, para sentirse necesitado una vez más.

Aún que sea una vez más.

- Cálmate -. Susurró. 

Mis ojos se abrieron al escucharlo y volver, suspiré avergonzada y me aparté con lentitud. Restregué mis dedos por sobre mis parpados y lo miré con timidez. 

Sus ojos rojos y perlados.

Sentada como indio sobre un lado de la cama, la espalda encorvada bajo la oscuridad de la habitación. Con lagrimas deslizándose por mis mejillas, rápidamente las quité.

Por el rabillo del ojo lo vi observándome con detenimiento, sentado del mismo modo que yo lo hacia. Sonrojada, tallé mis ojos una vez más y hablé.

- Edward... Y-yo -.Me quebré una vez más. Un nudo se había formado en mi garganta recordando. Aun que lo intentaba... mis lágrimas no cesaban. Sentí como su mano se poso sobre mi espalda, y comenzó a sobarla.

Edward la veía sollozar contra su pecho, acurrucada junto a él y podría jurar que jamás había visto algo tan doloroso. Le partía el alma verla tan frágil. Solo quería envolverla entre sus brazos y protegerla para siempre pero, simplemente no podía. Sabía que pronto aquel momento desaparecería.

- Por favor... No me sueltes -.Susurré-. No lo hagas, por...por favor -.Restregué la yema de mis dedos por su pecho, sobre su ropa, arrugando esta y empuñando mi mano. Sentía como sus brazos me sujetaban con fuerza.

- No lo haré -.Respondió. Unos minutos pasaron, el momento silencioso más cómodo de mi vida.  Cuando creía que nada era mejor que tenerla entre sus brazos, ella se apartó. 

No lo miraba, no me atrevía a mirarlo. Me había arrojado a sus brazos  pensando en mi amado y salté a los brazos equivocados.  Buscaba refugio en los brazos de Harry y lo encontré en los brazos de un extraño pero, lo encontré. 

Después de soñar con un amor perdido, y despertar frente a uno totalmente igual es doloroso. Es inevitable no pensar en el perdido y buscarlo en el presente frente a mi. Mi corazón se había encogido al verlo junto a mi después de despedirse tan cruelmente en un sueño. Fue un impulso, quise saltar sobre él sin pensar que quién se encontraba conmigo no era quien debía ser, no lo era.

-  Lo siento -. intenté apartarme pero en cuanto intenté hacerlo sentí la presión de su mano en mi espalda. 

- No te disculpes.

- Debo parecerse tan extraña -. Murmuré recargando mi frente  contra su pecho. Apretando entre las sabanas mi pequeña barriga. Rogaba que no lo haya notado.

- ¿Por qué me parecerías extraña?  ... ¿por buscar refugio en mis brazos? Tuviste una pesadilla, es normal buscar protección cuando soñamos feo -. Me decía al compás que sobaba mi espalda con  suavidad.

- No solo por eso -.Comenté acurrucándome más contra él, por supuesto cubriendo y apartando mi barriga de su cuerpo como fuera posible.

Se que no podré ocultarlo por mucho tiempo... solo debo aguantar un día.

Síndrome De EstocolmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora