Capitulo 8. Golpes

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Andrea estaba deteniendo sus lágrimas, no quería que samuel la vea llorar, pero lo que le dijo fue tan cruel, el igual no sabe lo que le paso, pero no deja de dolerle...

Andrea: lo.. Siento, no sabía que fuera a molestarte -dijo entre sollozo-

Samuel: andrea yo... -dijo al verla con los ojos cristalizados-

Andrea: no te preocupes, ya no volveré a molestar -dice e iba a salir corriendo, pero en ese momento Regina iba bajando las escaleras-

Regina: andrea!! -fue rápidamente para abrazarla-

Andrea limpió sus lágrimas rápidamente para evitar que Regina la viera así y se puso a su Altura para abrazarla-

Andrea: hola mi amor, como estas? -la abraza-

Regina: te quedas a comer con nosotros? -dijo alegremente- andy... Por que lloras?

Andrea: no mi amor, no puedo y no estoy llo...

Regina: es malo decir mentira andrea -dice en tono de regaño- porque estabas llorando?

Samuel miraba la escena con tanta ternura, nunca se imagino ver esta faceta de andrea y lo alegre que se veía su hija cuando estaba con ella, hasta con sus regaños

Andrea: no es nada mi amor... Es sólo que me acorde de algo muy triste

Regina sólo la abrazo, siempre lo hacía en un intento de que las personas que querían ya no estén tristes 

Regina: no me gustas que estés triste andy, ven, quédate aquí a comer

Andrea: no mi amor, no puedo, me tengo que ir

Andrea se levantó e iba a irse rápidamente, pero samuel la detuvo

Samuel: eh... Andrea, si quieres mañanas la puedes llevar a comer

Regina: en serio papi! Si!!!

Andrea: está bien, mañana vengó por ti mi amor, gracias samuel -dijo sería y se fue-

Regina: ahora que le hiciste papi? -dice cruzando sus brazos-

Samuel: pues pasa que le deje claro a andrea que no puede venir a llevarte cuando quiera

Regina: pero yo la quiero mucho y ella a mi, ella me dijo que soy como su hija, papi -dijo alegremente-

Samuel: bueno pero no lo eres mi niña, andrea pronto tendrá sus hijos y tu...

Regina: no papi, andrea no puede -dijo triste- por eso la quiero, para que ella ya no este solita

Samuel: como?! (Eres un tonto samuel, con razón se puso así) en serio! Quien te dijo eso? Como lo sabes?

Regina: andrea me dijo que su panzita está muy débil para tener un bebé ahí -dijo triste mirando al suelo-

Samuel: mi amor... Ya no estés triste, anda... Vamos a comer -la levanta en sus brazos y camina al comedor-

Regina: pero es muy triste papi, ella quiere tener un bebé y no puede, por eso es que tengo que estar con ella

Samuel: ya mi niña -besa su mejilla- mira, ya te di permiso para que vayas a comer mañana con ella, es más, le voy a decir que vaya por ti al colegio...

Regina: siiii!! -dijo feliz-

Jorge: y por que tan feliz? -dijo al verlos entrar al comedor-

Regina: porque mi papi me dio permiso para comer con andrea mañana, tío Jorge

Jorge: me alegra mucho samuel, me alegra que ya la trates mejor

Samuel: si... -dijo con duda pensando en lo que le había dicho a andrea-

Andrea había llegando no sólo triste a su casa, sino también devastada, destruida, la vida se dedica una y otra vez en lastimarla con cualquier cosa, las palabras de samuel fueron tan cruel

Andrea: por que samuel! Porque tuviste que recordarme que estoy seca -dijo llorando mientras se dejaba caer al suelo- jamás podré tener otro bebé y tu eres un estúpido samuel! Te odio! Te odio -dijo para si misma mientras lloraba-

Bianca: andrea!! Andrea! -dijo desde afuera de su cuarto mientras tocaba la puerta-

Andrea: no quiero hablar con nadie, bianca -grito llorando-

Bianca: que pasa andrea! Ábreme la puerta

Andrea: déjame en paz! No quiero hablar con nadie

Bianca: andrea o me hables o mando a tirar la puerta!

Andrea sabía perfectamente que bianca era capaz, así que no le quedo de otra que abrirle

Andrea: que quiere!

Bianca sólo se acercó a ella y la abrazo

Bianca: que te pasa? Por que lloras, que te hicieron?

Andrea: samuel... -dijo llorando entre sollozos-

Bianca: que te hizo ese idiota ahora

Andrea: que me recordó que estoy seca! Que no puedo tener más bebés, eso fue lo que hizo bianca, yo sólo quiero morirme, irme con Diego para yo no sufrir más, para ya no tener tanto dolor

Bianca: ya hablamos de esto chiquita, prometiste que ya no te pondrías así

Andrea: si! Se que lo prometí! Pero como hago, como hago cuando todo el mundo se empeña en recordarme lo estúpida que fui al casarme con Darío -dijo llorando-

Bianca: ya! -la abraza- ya no llores, samuel es un estúpido, ahora si me las va a pagar

Andrea: no vale la pena, el daño ya esta hecho...

Bianca sólo abrazo fuerte a andrea, ya no sabía que decirle para calmarla, quisiera tener una pócima mágica para alejar los malos recuerdo de la cabeza de su hermana, se quedo así abrazándola hasta que andrea se quedo dormida de tanto llorar.

Llego un nuevo día, cuando andrea se despertó vio a bianca a su lado, por un momento sonrió, pero luego sólo se paró de la cama  y fue hacer lo de siempre, encerrarse  en un despacho a llevar cuentas y atender caballos...

Román: señorita andrea, tengo que hablar con usted...

Andrea: que quieres Román -dijo sería-

Román: señorita, es que los vaqueros están maltratando un caballo, le dije que no lo hiciera pero no me hicieron caso -dice preocupado-

Andrea: maldita sea -dijo enojada- ahora si me van a escuchar -se para con su fuete y sale hasta los establos- hey!! Que demonio están haciendo! -grito enojada- dejen a ese caballo! -grito a los vaqueros que golpeaban un caballo-

Vaquero: señorita andrea, es que...

Andrea: cállate, eres un salvaje!!

Andrea empezó a golpear compulsivamente a ese vaquero, no sólo lo hizo  porque maltratara al caballo, sino también para descargar su rabia, su dolor, deseando con toda su alma que ese vaquero fuera samuel...

Samuel: andrea! Que haces! Déjalo!! -grito al verla golpear al vaquero-

Andrea sintió como si dios hubiese puesto a samuel precisamente en el lugar indicado, ayer no lo golpeo porque se sentía devastada, vulnerable, ahora este era el momento indicado para hacerlo pagar lo que le dijo...

Andrea: que vas hacer!! -le pega ahora a samuel haciendo que volteara la cara- dime! Que vas hacer?! Golpearme? golpearme como ese maldito infeliz -dijo mientras lo golpeaba con su fuete sin piedad alguna- pues no lo voy a permitir estúpido, no lo haré!!

Miedo al amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora