Lobo

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Su pelo era del mismo color que la noche

para que la luna jamás pudiera seguirlo.

Y así, celosa, volviera puntual cada ocaso

para poder contemplarla lejos de la manada,

aullando su pena en alto para que supiera;

que aunque su amor fuera imposible,

el corazón no entiende de prohibiciones,

sino que baila al compás de los latidos

en armonía con los de quien amas.

Poesía Nocturna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora