Si la galaxia fuese mía...
Yo tu Sol, queriendo atraparte en mi órbita.
Tú, ingobernable, Luna.
Siempre una cara a oscuras de mí, inalcanzable. Tu sonrisa a años luz, provocando mareas en otros cuerpos.
Me consumo en lo negro y vacío, esperando. Ya solo avivo mi llama para cegar la Tierra; no soporto sus banderas en tus cráteres, los alunizajes de otro, huellas ajenas en tu polvo dormido.
Hasta que muera la última estrella, me conformo con danzar a la deriva aguardando únicamente al eclipse, al fugaz instante en que mi cama vuelva a ser universalmente tuya.

ESTÁS LEYENDO
Poesía Nocturna
PoesíaLa poesía se compone de sueños que de noche cobran vida. ¡Vota y comenta si te gusta lo que escribo!