Las raspadas rodillas de los niños juegan y ríen.
Sin entender muy bien por qué celebran,
trajeados,
la Comunión con un dios al que hace ya mucho dejé de rezar.
Quién abandonó a quién, ya no importa.
Nunca obtuve nada discutiendo con madera,
solo creer de otro el triste, tristísimo silencio a las preguntas de uno mismo.
Ser de nuevo diente de leche es imposible para un colmillo roto,
habituado a desgarrar la más sucia, insípida carne podrida.
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Poesía Nocturna
PoetryLa poesía se compone de sueños que de noche cobran vida. ¡Vota y comenta si te gusta lo que escribo!