Sombras

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Las sombras han callado demasiado, están hartas de pisar sus propias huellas, huyendo de una luz que jamás quiso guiar sus pasos. Condenadas a vivir sujetas a un cuerpo que las maltrata. Condenadas a ser el eco encadenado de la libertad que son forzadas a representar sobre este lienzo llamado vida. Condenadas a ser las negras esclavas del pasado, que con mano firme castiga, sintiendo en su cuerpo incorpóreo las descargas de una furia divina que hiere más allá del dolor, que destruye más allá de lo físico, aflorando la escarcha en cada rincón del páramo helado que es el alma. Condenadas a sentir el plomizo desdén de la belleza que se ven limitadas a imitar, sin éxito.
Seres sin ser, que pese a no ser, son.

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