Brillo

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El día que naciste se encendieron las estrellas. Siempre estuvieron ahí, pero no veían razón alguna por la que gastar su eterno brillo. Desde entonces no se ha visto mayor luz en el universo que la que guardas entre tus párpados.

Y es que el Sol nos habrá dado la vida, pero tú puedes quitarla tan solo con pestañear, arrastrándome a lo más negro de tus pupilas, junto a planetas, galaxias, sueños.

Poesía Nocturna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora