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Vagaba por el bosque caminando de un lugar a otro esperando a que Daya apareciera. Cada cinco minutos miraba la hora en mi teléfono, eran ya casi las una de la tarde, no serviría de nada seguir esperando, era obvio que ya no vendría. Dude en dejar el lugar pero tenía que encontrarla y poder ver su rostro y que me dijera "Todo está bien". La mejor opción es ir a casa de Daya.

«Solo fue una pesadilla, ¿Porque me preocupa tanto?» camine a casa de Daya, intranquilo y preocupado, sentía como unos escalofríos pasaban por mi espalda cada vez que recordaba esa maldita pesadilla que no salía de mi cabeza. Miraba el piso sin poner atención a las acciones de los demás, en más de una ocasión choque con personas por andar desorientado, con mis pensamientos apartados de la realidad, con mis pensamientos hundidos en un sentimiento de miedo y preocupación.

«Look in the mirror and ask your soul if you're alright
Put out the glitter that your soul hides behind
You're in my mind
I'm singing
You're in my mind...»

Me detuve a varios metros de la casa de Daya, alce la vista y lo que veía me partía el corazón. Ella y otro chico, riendo y abrazándose como si fueran una jodida pareja de hace años. ¿No que no conocía a nadie más?, maldita sea, yo espero cada hora del jodido día para poder verla y abrazarla como lo hace ese chico que está junto ella en este momento afuera de su casa. ¿qué hago aquí? Debería ir e interrumpir ese momento, pero...¿para qué?. Todo se desvanecía dentro mi, solo pensaba en que podía ser alguien importante para ella, como algún novio del que nunca me contó.

Los dos se sonreían.
Ambos se miraban.
Yo aquí parado sin hacer nada.

«A Nadie le importas»
«Todos te ven como mierda»
«Te abandonan como desecho»

—Ya lo sé. – susurre. Empuñaba mis manos molesto, no traía mis píldoras para poder calmar las voces que poco comenzaban a aparecer. No era un buen instante para esto.

Camine rápido a mi casa, sabía perfectamente que esto no terminaría bien. Comencé a sudar frío y tiritaba sin poder controlarme. Mis piernas ya no comenzaban a tener la misma energía.

«Maldito desecho»

¡Ya cállate! – grite en plena calle. Camine más rápido, solo me quedaban metros. Tapaba mis oídos desesperado, ahora más que nunca agradesco que no haya gente transitando por el lugar.

Entre a casa desesperado en busca de mis píldoras, mis manos tiritaban, buscaba en cada cajón con gran dificultad.

Tyler, ¿estás bien? – preguntó madison.

Esta de vuelta, esta molestándome. – susurre.

Tyler, relájate... – trato de abrazarme, pero me aleje de ella. No encontraba mis píldoras, comencé a golpear todo lo que se me atravesaba por delante, escuchaba los impacientes gritos de mi hermana.

Pero Ya no escuchaba nada, todo se fue a negro,todo estaba más tranquilo sin mi importunando.

Trees|| Tyler Joseph. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora