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Estaba parado en un pequeño escenario con mi ukelele en mis manos, miraba el lugar la gente se susurraban entre sí mirándome. Estaba todo muy silencioso y muy tranquilo como para ser una fiesta, debía animarla un poco... Nunca he animado una fiesta pero siempre hay una primera vez para todo.

—We don't believe what's on TV,
Because it's what we want to see,
And what we want, we know we can't believe,
We have all learned to kill our dreams.

I need to know that when I fail you'll still be here,
'Cause if you stick around I'll sing you pretty sounds,
And we'll make money selling your hair.

I don't care what's in your hair,
I just wanna know what's on your mind,
I used to say, "I wanna die before I'm old, "
But because of you I might think twice.

What if my dream does not happen?
Would I just change what I've told my friends?
Don't wanna know who I would be,
When I wake up from a dreamer's sleep.

I need to know that when I fail you'll still be here,
'Cause if you stick around I'll sing you pretty sounds,
And we'll make money selling your hair.

But I don't care what's in your hair,
I just wanna know what's on your mind,
I used to say, "I wanna die before I'm old, "
But because of you I might think twice.

La gente aplaudía pero no con tanto animo, eso me hizo dudar sobre si lo había hecho bien o no. Baje del escenario algo inseguro y camine hasta la mesa en donde estaba sentado.

—Eso estuvo genial.– dijo chloe. Solo me senté en silencio sin responder. No sabía si realmente lo había hecho bien.

—Eso fue tan energético... – agregó mi hermano. – si te hubiese pagado ¿Hubieses hecho el show completo?

—No lo sé. – respondí desinteresado, baje mi vista, miraba mi ukelele que estaba en mis piernas. «Creo que pude haberlo hecho mejor»

Daya tomó mi mano. —Tyler, ¿Qué sucedió? Estabas tan sonriente hace unos minutos atrás.

—No pasa nada. – dije mostrando una falsa sonrisa.

—A mí no me engañas, Ty. – ella me abrazo, besando mi frente. – Sonríe, no quiero verte abrumado.

Bien, con eso podía resistir lo que quedaba de la fiesta, no quede muy animado después de que esta gente aplaudiera sin ganas, como agradezco tener a Daya junto a mí, no sé cómo hubiese sido si no la hubiese conocido...¿cómo sería todo ahora sí no la hubiese conocido? De seguro ya estaría odiando cada parte de mi, pero eso es justamente lo que no está sucediendo, ¿Por qué esa voz en mi cabeza no aparece diciéndome lo mal que lo acabo de hacer? Siempre era lo mismo... Y nunca estuve listo para oírla, pero ahora estoy aquí esperando a que esa desgraciada voz me diga algo; nada; solo oía los ruidos del exterior, la risa de la gente. ¿Qué hago esperando esa voz? ¿qué tipo de masoquista soy?
Yo mismo me hago sentir mal... Pero es posible... será posible que esa voz que siempre oí ¿Pueda ser yo? No...no... estoy más que seguro que es otra persona...o quizás otra parte de mí que no yo conozco.

...
El sol comenzaba a esconderse entre los cerros, había una hermosa vista que disfrutaba junto a Daya. Todos bailaban como es de costumbre en las bodas, sin embargo Daya y yo solo estábamos sentados mirando cómo se movían.
—No sé si quiera seguir aquí... – dije.– quiero irme a casa, no quiero ser aguafiestas...pero ya estoy aburrido.

—Te entiendo, desde que llegué aquí solo he pensado en la hora para poder irme.

Sin discutirlo más, nos levantamos de nuestros asiento y salimos del lugar sin despedirnos de nadie. No sabía si el chofer que nos trajo aún estaría aquí, comenzamos a buscarlo por todo el lugar... Tuvimos suerte al encontrarlo parado mirando al horizonte. Cuando nos vio se sorprendió. —¿Tan rápido se van? – preguntó.

—Si... solo queremos estar solo. – sonreí. El señor asintió y busco la llaves del auto. El nos guiaba por el gran estacionamiento, no demoramos en encontrar el auto.

—Haz estado muy callado, Tyler. 

—Lo sé. – suspire.– Solo que... ni yo sé lo que me sucede; de momento estoy feliz y luego me siento como si estuviera en el piso con decenas de personas pasando por encima mío.

—Escuche a tu padre decir que estaba orgulloso luego de que cantante, no sé si eso te de ánimos para algo. – dijo Daya.

—¿Hablas enserio? – sonreí.

—Claro que si, ahora trata de no borrar esa sonrisa de tu rostro.

-/-

La había dejado un buen dinero a ese agradable chofer, espero que haya sido suficiente. —Que tranquila se siente esta casa sola. – expresó Daya, mientras entrábamos.

—No sabemos cuánto durará esta tranquilidad. – deje mi ukelele a un lado. – deberíamos aprovechar estar tranquilidad.

—¿Acaso quieres meditar? – rió.

—¿Meditar? – reí. – dudo que mi atareada mente me deje meditar tranquilo.

Tome la cintura de Daya apegando su cuerpo con el mío, ella rodeo mi nuca con su brazos, nuestros rostros estaban extremadamente cerca sintiendo nuestras respiraciones. La bese delicadamente, con el paso segundos esa delicadeza se volvía intensa, acelerando  las pulsaciones de mi corazón, la temperatura de mi cuerpo era exageradamente alta con el cuerpo de Daya pegado junto al mío, quería saciar todo esto, la delicadeza en nuestros besos ya no existía más ... La adrenalina de nuestros cuerpo juntos era cada vez más alta, esa suaves y delicadas manos de Daya jugaban con mi cabello, pasaban por mi nuca provocando un estimulante escalofríos. Daya rodeo mi cintura con sus piernas, sin despegarnos subimos hasta mi cuarto cerrando la puerta con llave. Mire a Daya a los ojos... Su bellos ojos tenían su mirada posaba en mi, mi manos desabrochaban ese hermoso vestido que la hacía lucir hermosa dejándolo caer lentamente, desabroche mi camisa tirándola lejos; Daya pasaba su mano por mi pecho mirándome directo a los ojos, no era necesario decir palabra alguna, nuestra fugaces miradas hablaban por sí solas.

Trees|| Tyler Joseph. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora