•10•

6.3K 626 185
                                    

De alguna u otra manera esa pregunta lograba confundirme completamente.

—¿porque? – volví a preguntar pero esta vez un poco más serio para imponerme.

Ella suspiro y soltó una sonrisa. —Veo que no te han contado ... – ella cerró su cuaderno levantándose de su lugar en donde estaba sentada quedando frente a mi. sentía que mi corazón iba a dejar mi cuerpo cualquier momento. —¿Tyler? Creo que ese era tu nombre. ¿estoy en lo correcto?

—¿Como lo sabes? – más que confusión, esto lograba asustarme.

—¿Sueles venir por acá seguido, no? – ella comenzó a caminar por el lugar en pequeños pasos. Yo solo la seguí, quería saber porque sabía de mi.

—Si, pero nuevamente te pregunto. ¿Cómo sabes mi nombre? – ella se detuvo para posar esos oscuros ojos en mi.

—Exactamente dónde estás parado te habías desmayado, no sabes cómo me asustaste, no sabía como ayudarte y como tenias tu teléfono;por cierto lamento haber tomando tu teléfono; tu madre te llamaba una y otra vez. Hubiese sido cualquier otra persona hasta ahora estarías aquí tirado en este frío lugar.

—Espera un poco, tu...le dijiste a mí ... – ella me interrumpió

—Exacto... – respondió antes de que terminara la frase. – Si le dije a tu madre era la única forma de ayudarte porque tampoco te conozco como para llevarte a mi casa. – rió. – ¿Puedo hacerte una pregunta?. – solo asentí con mi cabeza porque las palabras no salían de mi boca.
–¿Tu fuiste el chico que salió corriendo días atrás?

Maldita sea !!! — No ... No – mentí. No quería quedar como un tipo cobarde.
—¿Por qué correría como un loco?

Ella me miraba tan fijo, examinado cada rasgo de mi. —Por cierto, soy daya... –ella extendió su mano cordialmente, correspondí el saludo con gusto. Al tomar su cálida mano una pequeña sonrisa se formó automáticamente en mi rostro.

—Gracias por haberme ayudado. – dije para poder agregar algo a la conversación.

—No es nada. – sonrío. – Cualquiera lo hubiera hecho...Eso creo, aunque lo dudo.

—Pero agradesco que hallas sido tu. - respondí.

—¿Porque? – Ella frunció el ceño confusa.

— No lo sé, olvídalo –sonreí – ¿Que haces en ese cuaderno? – no sabía sobre qué hablar y odiaba eso, no quería que toda la conversación acabará tan pronto, no quería que todo lo que está pasando ahora fuera solo momentáneo...quería que durará por unos largos días más.

Ella miró el cuaderno —escribo algunas cosas y de vez en cuando dibujo, aunque no es nada importante...dudo que logre interesarte algo de una desconocida– Respondió. Ella abrió su cuaderno mostrándome uno de sus dibujos, creí que podría haber algún dragón como lo soñé, pero no ,no había nada similar a eso pero habían varios dibujos espléndidos.

—Los dibujos son magníficos. – dije mirando cada uno de ellos, me causaba curiosidad lo que podía escribir Daya. Dude por un minuto en preguntar aún así lo hice. —¿Qué tipo de cosas escribes?

–Algunas cosas que no suelo mostrar muy seguido. –respondió sonriendo. - Pero si verdad lo crees interesante puedes leer algunas cosas.

—¿Hablas enserio?

—Lee, no hay problema después de todo eres el único que se ha interesado por lo que hago.

Daya transmitía comodidad y confianza. A ratos me cuestionaba a mí mismo si todo lo que pasaba justo ahora era real o simplemente otro juego de mi mente e imaginación aunque no habían muchas dudas. Ella estaba frente a mi sonriéndome, hablándome, costaba que entrara en mi cabeza que todo esto fuese completamente real, pero lo era... Es real.

–Y ¿tú qué haces de interesante? – preguntó, tomándome por sorpresas

–De vez en cuando escribí algunas canciones no tan importantes, camino hasta acá, toco algunos unos instrumentos.. Nada especial. – sonreí

—Supongo que más de una canción debes tener.

Asentí con la cabeza algo tímido. Nunca le había dicho a nadie que escribía canciones ni siquiera mi familia sabe que escribo canciones ellos creen que me encierro en mi habitación para hacer nada.

–Debe ser agradable oírte cantar... – agregó.

–¿Tú crees?

–Claro que si, tienes una Suave y agradable voz . —ambos caminábamos a paso corto por el bosque. — debe ser agradable también oírte tocar algún instrumento, no como mi hermano. – rió – mi hermano me estresa con su batería.

Solo reí, luego recordé que tenía a su hermano, josh, y también supuse que tocaba la batería al verlo salir con las baquetas en la mañana. — Yo por ahora suelo tocar más mi ukelele, y espero pronto poder conseguir un piano.

—¿Tocas eso?  –preguntó sorprendida – Eres la primera persona que conozco y que toca aquel instrumento; un ukelele. –sonrío

—¿Vienes mañana? —  pregunté. si, la respuesta era obvia, pero ella no debía saber que me la pasaba observándola todo el tiempo.

—Si – afirmó. Nos detuvimos

–Podría traer mañana mi ukelele para enseñártelo – dije algo nervioso, pensé que podría decir que no, que no quería oírme. Todos me decían lo mismo.

—Eso suena bien, estaré aquí esperándote. – sonrío

Sentí tanta alegría dentro de mi, mi sonrisa era tan marcada que me dolían las mejillas.

Trees|| Tyler Joseph. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora