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—No debiste haberte interpuesto en mi pelea. – reclamaba Josh. A pesar de que Josh estaba algo molesto, nos había invitado desayunar.

—Josh, todos los días, absolutamente todos los días golpeas a alguien...ya debes calmarte. .

Yo solo tomaba mi café silencioso, no es bueno meterse en discusiones de hermanos, ni menos si uno de ellos puede golpearte cuando se le de la gana. —Bien, bien olvidemos todo eso...– Josh posó su mirada en mí sonriente. – ¿Te dije lo genial que cantante en ese escenario?

Solo encogí en mi hombros sin saber qué respuesta dar. —Solo te fui dar una mano por librarnos de tu padre.

—Había olvidado la existencia de él. – dijo Daya.La mire y ella tenía su vista puesta en el café pensativa. – será casi imposible vernos con él de por medio.

—No pongamos a tu padre como un límite, habrá alguna manera de que podamos vernos todos los días. – dije, tratando de pensar en algo.

Sabía que era casi imposible pensar en algo para poder vernos, su padre es un límite para ella, mi padre es un límite para mí. Con tan solo pensar en la idea de que casi ni podría ver a Daya me devastaba por completo, no quiero dejar de ver a la chica que salvó mi vida.

—Daya, no quiero asustarte, pero si vuelves a casa mi padre te matará y literalmente, no bromeo. – dijo josh, dándole un gran mordisco a su pan.

—Gracias por tu apoyo, Josh... No era necesario. – Daya pasaba sus manos por su cara algo estresada. –No quiero el hecho de que tengo que volver a casa.

Todos nos quedamos en completo silencio tratando de pensar en alguna cosa que pudiera servir. Los tres nos mirábamos entre sí, pero ninguna palabra salía de la boca de ninguno de nosotros tres.

Josh carraspeó su garganta apoyando sus codos en la mesa. —Creo que algo podría funcionar. Josh me apunto. –Tu...sé que puedo confiar en ti, pondré las manos al fuego por ti...

—Bien, no sé qué decir. –exprese

Josh suspiró pesado. Miró a Daya unos segundos y volvió a dirigir su mirada en mi. —No sé de qué es capaz mi padre, con tan solo pensarlo me da escalofríos, Daya es muy importante para mí y lo último que quiero para ella es un mal trato por parte de
un viejo loco que odia sin razón...Tyler, lo que pediré es algo muy serio...–Josh volvió a suspirar. –Quiero que te lleves a Daya.

Me había quedado sin palabras, miraba a josh, miraba a Daya, no sabía qué decir todo fue tan repentino. —Josh, el padre De Tyler me quiere ver lejos. – replicó Daya.

—Podríamos hablar con él... – propuse. – Se que mi padre tiene su lado comprensivo, podríamos intentarlo.

—Ya está, Daya ... Te vas con Tyler, en la tarde haré una mochila con tu ropa y otras cosas. – Josh ya lo había decidido todo por Daya, ella aún no sabía qué decir solo asintió sacudiendo su cabeza.

—Tyler, estoy poniendo toda mi confianza en ti.

—Tranquilo, todo estará bien. – respondí.

Josh miraba a Daya como si la fuera a ver por última vez con una gran tristeza. —Todo esto es por tu bien.

—Lo sé. – murmuro Daya, bajando la vista.

Josh pidió la cuenta para pagar y así poder marcharnos del lugar.

Los tres caminamos en completo silencio, Daya miraba al piso algo apenada solo atine a darle un pequeño abrazo, sabía que para ella iba a ser difícil alejarse de su hermano.

Luego de caminar largos minutos para llegar hasta el auto de Josh nos subimos. Abrí la puerta para que primeramente subiera Daya, luego subí yo.

—¿Crees que tu padre me acepte? – preguntó Daya. Solo asentí pero una gran preocupación se clavaba en mi estomago, no sabía lo que diría mi padre, no sabía cómo él reaccionaria al ver Daya en casa.

Josh echo andar el auto, él solo parecía algo abrumado con todo esto.

—Si harán sus cosas íntimas, por favor, la protección es importante. – bromeó Josh. Ese comentario fue algo incómodo para Daya y para mí.

—Mejor cierra esa boca. – rió.

Nuevamente los tres nos quedamos en silencio.

Solo bastaron 20 minutos para llegar a mi casa, Josh se estacionó al frente. Suspire profundo no se lo que me espera cuando cruce esa puerta junto a Daya. Josh volteo y mostró una sonrisa triste.

—Llegamos... – exclamó. – Daya, cualquier cosa solo me llamas...cada vez que pueda tratare de venir a verte.

Daya beso la frente de su hermano tiernamente. —Gracias por entender lo feliz que puedo llegar a ser junto a Tyler.

—Solo me bastó con verlo, Daya... Sé que te cuidara. – Josh bajaba la vista, en cualquier momento le caían las lágrimas.

—Extrañare escuchar tus tonterías todos los días. –Daya abrazo fuertemente a josh como que si no se fueran a ver más.

—Tyler, nuevamente te lo digo, confió en ti.

—Todo estará bien, Josh...no lo dudes. — Josh me dio un pequeño golpe en hombro.

—Gracias, y gracias nuevamente por subir a escenario a ayudarme. – agregó. Josh sonreía apenado, le dolía el hecho de que tenía que alejarse de su hermana. –Ya bajen luego del auto, no quiero que me vean llorar.

Daya y yo reímos levemente y bajamos del auto. Nos despedimos por última vez y josh sin vacilar más, partió.

—Estoy completamente nerviosa, Tyler, ¿Qué pasará si tú padre no nos quiere oír?.

—Todo estará bien, confía en mí.

Los nervios me comían, trataba de ser lo más optimista posible pero solo me imaginaba una horrible discusión y que todo saldría mal, aún con todos esos pensamientos negativos muy dentro de mi había algo que me decía que todo podría resultar bien.

Trees|| Tyler Joseph. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora