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—Será mejor que bajemos, aún deben estar pensando que ando perdido. – reí. Me asegure que nadie estuviera cerca de mi cuarto antes de salir, al ver que no había nadie cerca salimos y bajamos sigilosamente las escaleras. —Sabes, no sé si sea buena idea aparecer. – susurre.

Daya me dio un pequeño empujón —No digas bobadas, están todos preocupados.

Fui hasta la sala de estar junto a Daya, más que nunca la necesitaba a mi lado. Cuando aparecí ahí frente a todos mi madre corrió a hasta mi a abrazarme aliviada.

—Creí que algo malo te había sucedido. – ella solo me abrazan fuertemente al verme llegar.

—Vaya, apareciste algo tarde para la fiesta. – me solté de mi madre para poder voltear a ver a zack. —Dijiste que estarías aquí.

—Zack...Yo... Lo lamento –dije apenado.

—Tyler, esta vez no te lo perdonaré... Eres mi hermano, y esto era importante para mí... Yo quería poder pasar una agradable noche junto a ti de una vez por todas... Poder verte alegre junto a toda la familia.. Quería que estuvieras aquí ...Solo quería eso.

Zack salió de casa molesto sin poder alcanzar a darle alguna explicación... Aunque tampoco tenía una, esta vez falle...de nuevo. Solo lleve mis manos a mi cara arrepentido, arrepentido de haber subido aquel auto junto a josh.

—Sabes, Tyler... Hubiese sido bueno que te no te volvieras aparecer por aquí. – dijo mi padre. Me miró con reproche y dejó la sala de estar.

Mi madre y madison solo se quedaron en silencio. —¿Acaso también esperaban a que no volviera?

—¿De qué hablas? ¡¡estuvimos preocupados por ti todo este tiempo!! – madison se levanto del sofá molesta. – ¡¡Ya eres un adulto, Tyler, deja de actuar como maldito niño!! – gritó molesta. Solo se fue molesta hasta su cuarto.

—Tal vez no debí haber vuelto. – murmuré. Mi madre aún permanecía en silencio. – Solo... Lo siento.

—No debes disculparte conmigo, tus hermano están mas dolido y sufriendo con esto. – dijo mi madre.

—Y ...¿Tú sabes cuánto he sufrido yo? ¡¡Casi toda mi maldita vida!! Y que... A nadie le importo, lo único que recibí fue que me echaran de casa y ¡¡Tú no hiciste nada!! Y ahora solo desaparezco una bendita noche para poder saber lo que es vivir la vida y solo recibo recriminación de parte de todos ustedes...

—Tyler, estás mezclando las cosas... – la interrumpí. Sabe perfectamente que lo que digo es verdad.

—No, no estoy mezclando nada... Solo digo las cosas como son...

—No discutiré contigo, solo piensa en lo que hiciste.

—¿Es una broma? – reí sarcástico. Mi madre solo me ignoro y me dejo solo con Daya quien presenció todo.

Mire a Daya, estaba completamente devastado, que gran familia ¿no?. Apretaba mi mandíbula, solo había coraje dentro de mi. Se formó un nudo en mi garganta sentía como mis ojos se cristalizaban, no lo evite, baje la vista y cayeron algunas lágrimas.

—Tyler, todo estará bien. – Daya se acercó a mí y me abrazo.

—No debí haber vuelto... Debí desaparecer de este mundo cuando tuve la oportunidad...– Daya se separó de mi unos centímetros.

—¿De qué hablas, Tyler? – Daya me miraba con el ceño fruncido. – No vuelvas a decir algo así. – me volvió abrazar y su mano acariciaba lentamente mi cabeza. –Será mejor que salgamos de aquí un rato, deberías volver después.

—Eso suena bien. — Me seque las lágrimas de mi rostro. Tome mi chaqueta para salir de casa junto a Daya. Deambulábamos sin destino alguno, ambos silenciosos, no creí que comenzaría un día tan mal.

—¿Qué te parece si vamos a comer algo? Hay un local de comida, no es la gran cosa pero debes comer algo, Tyler. – solo asentí sin ganas. – Tyler, mírame...– obedecí a Daya y la mire. – Ahora sonríe... Eso te hace radiante ¿lo sabías? – no evite sonreír al lo que me dijo Daya. – Así me gusta verte.

—Gracias por estar aquí conmigo. – Exclamé.

—Siempre estaré contigo... Ahora vamos a comer.

"Siempre estaré contigo"
Prometo que nunca olvidaré eso, no lo haré por qué es la primera persona que me lo dice, la primera persona que se dio su tiempo de poder aguantarme y quedarse conmigo.

Llegamos a un pequeño local de comida muy acogedor a decir verdad, cuando abrimos la puerta del local sonó una campanilla. Daya y yo analizábamos el lugar y nos preguntábamos en donde tomaríamos asiento. Encontramos un lugar a lado del ventanal.

—Primera vez que hay asientos cómodos en estos locales así. – Daya solo rió por mi comentario,ella tomó el menú que había en la mesa y lo comenzó a ver.

No tenía apetito de nada, sólo miraba por la ventanal, miraba a la gente que pasaba por el lugar que de seguro tendrían menos problemas que yo, o si los tenían simplemente los ignoraban ¿Cómo ignoran un problema? Solo me gustaría saberlo para poder seguir una vida feliz. Suspiré y desvíe mi vista a otra parte, quería poder centrarme  en otra cosa que no fuera pensar en mis problemas. Comencé  a mirar el local, a analizar cada cosa.

A solo unas mesas había una pareja que no se prestaban atención a si mismos solo por qué era más importante estar metidos en sus teléfono, en otra mesa había un anciano que disfrutaba feliz su café y su soledad, sin aparatos electrónicos, parecía no tener problemas, simplemente era feliz.

Comencé a mirar a los que trabajaban en lugar, las meseras parecían realmente estresadas, una de ellas le servía un café a un  joven solitario.

—¿Tyler? Reacciona... – Daya agito su mano frente a mí vista lo que me hizo salir de mis pensamientos. –Toma... Elige lo que comerás. – me pasó el menú que ella estaba viendo.

—Esta bien. – sonreí. Inconscientemente  volví la vista a la mesa donde estaba ese joven y la mesera que le servía.

—¿Ya decidiste que comerás? – preguntó Daya. Pero no le hice  caso a su pregunta. Solo miraba impactado lo que había frente a mis ojos.

—Jenna... – susurre. – no otra vez... – Daya me miraba confundida. –¿No hay otro lugar donde comer? – pregunté nervioso.

—¿Porque? ¿Qué pasó? – pregunto. Yo solo miraba preocupado a cada segundo. Daya se percató y miro hacia donde yo miraba. —¿Qué pasa, Tyler?

—Solo que no me siento muy cómodo aquí. – respondí. Volví a mirar y de todas las meseras que nos podían atender tenía que ser jenna quien se acercara justo a nosotros.

—Esta bien, vamos a otro lugar. – Daya y yo nos levantamos del lugar para salir.

—¿Tyler? – escuche atrás de mi, solo ignore y seguí caminando. —Oye detente... – sentí como alguien tomó mi brazo. Voltee, jenna me miraba sería.

—¿Sabes qué tan cara salió la broma del auto? – susurro molesta.

—¿Algún problema? – preguntó daya. Me zafe de jenna molesto.

—Vámonos de aquí. – note como ambas se miraban fijamente. Así que saque a Daya lo más rápido de lugar.

—Sabes... Me parece conocida esa chica. – Daya se detuvo afuera de local y miraba dentro del lugar a través del ventanal. –¿Ustedes dos ya se conocían?

—Eh si, pero no es nada... Vamos. – Daya dejó de observar y seguimos caminado. Daya caminaba pensativa.

—Recuerdo haberla visto, Tyler y no estoy loca, te juro que la he visto. – dijo Daya.

—Bueno, cualquier cosa será mejor que olvidemos todo y vayamos a comer de una buena vez.

Trees|| Tyler Joseph. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora