-¡¡Ahhh!! ¡Quítale la jeringa, porfavor, James!- rogaba Diego mientras yo extraía la sangre de su brazo.
Era bastante difícil soportar ver como el tubo se llenaba de sangre, mi estómago se revolvía con aquello.
Miré en otra dirección, soportando el peso que había caído de lleno en mi estómago.
No soportaba ver la sangre, sentía que iba a vomitar.-¡No te voltees!- regañó Diego molesto y alterado.
-Ya guarda silencio, Diego.- regañó Papá supervisado las otras dos jeringas que le había sacado al chico.
-¡A ti no te está desangrando una niña que puede matarte!- se quejó el chico nervioso ante mi cerrando con fuerza los ojos.- Jous, porfavor, acaba ya.
Sonreí levemente y retiré la jeringa una vez que estuvo lleno el tubo. Lo deposité, al igual que los otros, en la mesa a mi lado.
Diego seguía con los ojos cerrados y frunciendo el seño, hasta que toqué levemente su frente para retirar el cabello de su vista.
Cuando sintió mi tacto, abrió los ojos y se fijaron en mi, mi mano seguía en su frente y cuando la retiré, sentí una enorme incomodidad, quería tocarlo de nuevo, no quería apartarme de él.
¿Pero qué me pasa?
Una vez que Diego se colocó la camiseta, pude concentrarme de nuevo, pasamos la mayor parte de la noche analizando la sangre de Diego y las posibles formas de administrar la enfermedad y que la sangre la aceptara.
No supe cuantas horas fueron, no recuerdo cuando todo se volvió oscuro y como mi cuerpo descansaba en un pequeño sofá individual, color marrón.
Observé a mi padre de pie, observando en el microscopio, analizado laminillas.
Busqué a Diego alrededor de aquella habitación pero entonces, vi que su cuerpo yacía en el suelo, a mis pies.
Estaba de espaldas, descansando con un montón de papeles a su lado y la caja de pizza que habíamos cenado.
Se veía en extremo cansado, pero eso no le quitaba lo lindo que era. Tenía una rebanada de pizza en la mejilla y se la quité con cuidado.
No quería despertarlo, parecía ser de madrugada, pero mi padre jamás dejó de observar por el microscopio, después de unos minutos se giró a verme y sonrió tiernamente.
-Vuelve a dormir, hija.- pidió mi padre.
-Okey.
...
El sueño me estaba comiendo, no podía mantener los ojos abiertos por más de dos minutos.
En mii clase de matemáticas, estaba durmiendome, por más que prestaba atención al profesor, no podía comprender lo que decía.
Por fin salí de ese infierno y caminé por los pasillos con los audífonos a todo volumen, tal vez así despertaría mi cerebro.
Los pasillos estaban llenos de personas caminando de un lado a otro, algunos chocaban conmigo.
Pero uno me llamó la atención, unos cuerpos que venían a mi, Ryan junto a Ashley, ambos hablaban y él ya no se veía tan mal.
Tal vez aún tenía mal aspecto, las ojeras seguían igual de moradas, su piel se veía amarillenta y pálida. Pero ahora había una sonrisa en sus labios mientras hablaba con ella, Ashley jugaba con la correa de su mochila, mientras caminaba al lado de él y hablaban de algo que les causaba gracia.
Un sentimiento extraño se apoderó de mi, sentí como un hueco en mi pecho se abría nuevamente y me lastimaba.
Mis puños se escondieron en las bolsas de mi suéter, caminé en dirección contraria a la que ellos venían.
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The Past
Science FictionUn misterio. Un terrible misterio esta por ser descubierto Una chica, una vida olvidada y grandes preguntas que buscan respuestas. Esta chica un dia comienza a recordar cosas que ha olvidado, se entera de cosas que cambiarán su vida. Que fue escond...