Capítulo 2

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Lo que desconocía de mi nueva escuela, era el hecho que las nuevas no tenían derecho a expresarse. Estúpido.
Al parecer el hombre que empuje por querer darme un beso, era uno de los más populares y trataba a las chicas nuevas como su juguete personal. Y yo tenía que obedecer a cada regla de su estúpida escuela.
-¡Suéltenme!- Les grite a mis hombres que me sujetaban para no huir.
Tres chicas me rodeaban en un círculo, una de ellas, la más alta, me observaba con desprecio, como si fuera un bicho raro en exhibición. La segunda, una morena, me escupió una vez y finalmente la tercera, solo río al verme maldecir entere dientes.
-Eres nueva y ya estás desafiando al sistema de esta escuela.-Dijo la chica alta.
-¿Sistema? Esto solo es una mierda de escuela.-Les dije furiosa.
Las tres chicas retrocedieron, pero no lo suficiente para no ordenar darme un golpe en el estomago, haciendo que un grito saliera de mis labios. La puerta se abrió y entro el chico que rechace y me puso en estos problemas.
-¿Estás lista para admitir que te equivocaste?-Me dijo mientras que tomaba un mechón de mi cabello y lo olía. Repugnante.
De repente un tipo alto entro a la habitación, su cabello era de color plateado, sus ojos de color miel y su piel blanca.
Nos miro por un momento, fijó su mirada en mí pero de inmediato la apartó como si no existiera. Observo a las tres chicas y solo sonrió fríamente, en aquel momento pensé que moriría solo por ver aquella sonrisa.
-¡¿Q...Que haces aquí, Inuyasha?!- Preguntó el hombre que me tenía sujetada el mechón de mi cabello, tan solo a ver aquel tipo me soltó de inmediato.- Pensé que estarías durmiendo.
-Estaba. Alguien me despertó y cuando "alguien" me refiero a ti y tus putas.- Bostezo, pero eso no lo hizo menos intimidante. De hecho, lo hizo más.
-Inuyasha, no sabíamos que este era tu lugar.-Dijo una de las chicas. Parecía que tan solo escuchar su voz, estuviera a punto de llorar y correr a otro lado. Eso me hizo retroceder las agallas que tenía.
-Bueno, ahora lo saben. Así que no quiero que me molesten más.-Se dio la media vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta.
Oh no, está era mi oportunidad para escapar.
Todos asentaron con la cabeza y volvieron a mí.
Mierda.
-¡Espera¡-Grite con todas mis fuerzas.
Inuyasha volteo asombrado y se apuntó con su dedo, diciendo "¿yo?"
-¡Si, tú! ¡¿No me rescataras de ellos?!
-¿yo?-Se empezó a carcajear.- ¿Por qué lo haría?.- Me preguntó sin vacilar y con una sonrisa burlona.- ¿Crees que arriesgare algo por una extraña?
-¿Ac...Acaso no rescataras a una mujer en peligro?- le dije mientras que observaba todo a mi alrededor, sintiendo necesidad de sobrevivir.
-No soy un caballero, por si no te has dado cuenta. Es tu problema, no mío.- Me dijo con la voz más fría, me miró.- Aparte no te veo como una damisela en peligro, eres como un perro que se perdió.
-Tampoco eres un caballero azul de gran armadura, pero ¿ qué puedo exigir en mis condiciones?-Le dije con mi mirada clavada en sus ojos. Nuestras miradas se cruzaron y mi respiración se corto cuando me sonrió.
Y con los dedos hizo una señal para que me liberaran, los chicos primero se negaron diciéndole que había roto una regla. Inuyasha caminó hacia él y le dio un golpe en el rostro, las chicas me ayudaron a desatar las cuerdas en mis manos y me empujaron hacia él. El peli plateado me agarró del brazo y después miro a los chicos.
-Desde ahora no la pueden tocar ¿entendido?- Me miro- ¿Feliz? Ahora déjame en paz y sigue con tu vida.
Asentí con la cabeza y salí corriendo de ahí sin voltear atrás. En mi mente le agradecí pero nunca lo volvería a ver.
Entre al salón y una chica de cabello castaño me saludo. Era la única que me hablaba sin estúpidos comentarios sarcásticos.
Le conté todo y ella me sonrió con preocupación.
-El que acabas de conocer, digamos que es quien manda aquí. Inuyasha Taisho, el más idiota de toda la escuela y el mejor amigo de mi novio.- Me dijo.- Y creo que eres la única que le dijo cosas sin apartar su mirada. Kagome, me caes bien.
-Mierda.

Yes or no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora