Capítulo 6

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 Escuchar los gritos de Inuyasha fue desgastante, más cuando a la mitad de la noche tuve que levantarme y darle un golpe con una almohada para que se callara.

En la mañana desperté completamente cansada, con bolsas abajo de mis ojos y de muy mal genio. Salí de la habitación prácticamente arrastrando los pies, mi cabello era un desastre y nadie se me acercaba por mi aura pésima.

El primero en notar mi estado fue Koga

-¿Kagome? Si te sientes mal, no vayas a la escuela.

-¿Ehh? No, estoy bien. — Mire a Inuyasha que solo se encontraba desayudando tranquilamente ignorando mi mirada asesina. —Solo un perro me molesto todo la noche con su ladrido y creo que tiene rabia.

-Creo que el perro fue echado de su propia casa, por eso ladro. Pero a decir verdad la dueña no tiene perdón. —Finalizo Inuyasha, se metió su pan en la boca y salió de la casa.

-¡ESPERA A LOS DEMAS¡ —grito Sesshomaru desde la cocina, pero ya se había ido.

Suspire pero no me moví de mi lugar, koga rio pero tampoco hizo caso al acto de Inuyasha, pero bankotsu corrió tras él, Miroku negó con la cabeza y siguió con su desayuno. Al terminar nuestro desayuno nos encaminamos a la escuela, como siempre Koga y Miroku me acompañaron hasta mi salón, lo cual todos murmuraban sin discreción.

-No tienen algo mejor que hacer. —Me dijo Sango una vez que se encontraba sentada a mi lado, su cabello estaba igual de hermoso que todos los días. Sonreí.

La verdad pensaba lo mismo pero me daba igual, sus comentarios eran algo positivo para nosotros, "Sus amigos la acompañan a todos lados", "Es verdad es su amante.", "Que envidia", "Es muy fea, no puedo creer que la haya elegido a ella." Mientras que pensaran que era algo de Inuyasha mejor para mí, aunque odiaba cuando decía que dormía con él, eso sí era demasiado falso y asqueroso.

-Vamos no es tan malo, bueno dejando a lado de que vives con el idiota de Inuyasha, pero los demás son guapos y amables ¿no?—Me dijo Sango en el descanso, y aunque era cierto, odiaba que tuviera que soportar a Inuyasha.

-Lo dices por que no vives con ellos. —Tome mi pan relleno de chocolate y fui a una mesa vacía. —Aparte no creo que puedas soportar estar junto a ellos por mucho tiempo.

-Uno es mi novio.

Sango rio, me puso un brazo en mis hombros y seguimos platicando sobre temas sin importancia.

En el receso como era de esperarse Inuyasha fue directo con nosotras interrumpiendo nuestro momento de tranquilidad sin él, pero al parecer le importo tan poco que trajo a los demás para que comieran con nosotras. Koga fue el primero en acercarse y platicar conmigo, mientras que Miroku hablaba con Sango sobre su cita de esta noche, Bankotsu solo se puso sus audífonos e ignoraba a todos. Los minutos pasaron pero las personas se acercaban a nosotros para preguntar cosas sobre la relación de Inuyasha y yo, cosa que me fastidio pero no podía hacer gran cosa.

-Amo cuando estábamos en la cama. —Le di un golpe en sus partes íntimas, haciendo que cayera al suelo.

-Es broma, amo mi forma de ser. —Les sonreí pero mis ojos estaban mirando a Inuyasha con odio, mientras que él estaba revolcándose en el suelo de dolor.

Las chicas que se encontraban preguntando se fueron después de mi acto con Inuyasha, mis amigos solo reían, me levante para ayudar a Inuyasha a pararse, no porque era lo correcto, era porque no podía dejar que todos vieran cuanto lo odiaba.

La campana sonó y Sango y yo corrimos hacia nuestra aula, me despedí de los chicos pero sabía que los vería en la salida para irnos juntos.

En las clases que nos faltaban las chicas se acercaban a mí para hacerse mis amigas y en pocas ocasiones para decirme palabras de desprecio por atrapar al jefe de su "manada" de tarados, lo que yo respondía con un "Gracias, queridas"

-¿No te molesta que ellas te odien por una relación falsa?—Me pregunto Sango en la última clase.

-No, la verdad me da igual, sin esta relación hubiera sido peor. —Cruce mis brazos a mi pecho.

Sango me dio una palmada en mi espalda y dejo la conversación para hablarme de otra cosa. En la salida me encontré con Koga quien me esperaba junto con Inuyasha, corrí hacia ellos y los salude.

-¿Nos vamos?—Les pregunte con emoción.

-¿Por qué tan contenta, enana?—Me dijo Inuyasha con su típica sonrisa arrogante.

-No te importa, aparte en la casa podemos de nuevo ser nosotros y no fingir que nos gustamos.

-Me gustas.

Koga le dio un golpe en la cabeza. —Es de mala educación mentir a una dama, perro.

Inuyasha alzo los hombros con indiferencia y se fue directo al auto que nos esperaba en la entrada, Koga me sonrió y me ayudo a entrar a este.


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