Capítulo 24 "FINAL."

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Cuando piensas en tu boda, quieres que todo sea perfecto y que el hombre que le entregaras toda tu vida sea el indicado. Bueno, al fin yo pude tenerlo, me case con el hombre que amare por el resto de mi vida y no me arrepiento de nada.

A los 2 meses que obtuve el perdón de la familia de Naraku, Inuyasha y yo estuvimos de acuerdo que nos casaríamos el mes próximo. Mi familia, tanto como la de él, no tuvieron ninguna objeción y nos bendijeron para unirnos.

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Mi cabello estaba recogido con una trenza que llegaba a mi cadera, mi cara estaba maquillada pero lo más natural que se podía hacer, mis guantes que me llegaban a los codos estaban perfectos y bueno, mi vestido era lo que más ame. Era liso, me llegaba hasta mis pies y el escolte se encontraba en mi espalda y mi velo era adornado con diseño de pétalos de cerezo.

Di una última mirada a mi reflejo y le di la señal a Sango, quien se encontraba parada en la puerta donde entraría.

-Te ves hermosa. — Susurro el padre de Inuyasha, me sonroje y le agradecí. Mi padre murió cuando era una niña, por eso no podía llevarme al altar, pero Ino no Taisho se ofreció con amabilidad y me trato como si fuera su hija.

-No puedo creer que lo esté haciendo. —Mencione una vez estando enfrente de la puerta.

-Gracias. Inuyasha estaba perdido y tú lo salvaste.

-No. — Negué con la cabeza. — El me salvo.

Me dio una mirada tierna y me dio un beso en mi frente.

La música comenzó a sonar, mi mano apretó el brazo de Ino no Taisho y mis piernas temblaban tanto que pensaba que me caería en cualquier momento. La mirada de mi futuro suegro y sus cálidas palabras me calmaron, pero aun así estaba nerviosa cuando llegara al altar.

Sango abrió la puerta y ella paso primero junto con Miroku, después Kikyo con Sesshomaru, Ayame con Koga y finalmente Bankotsu con una de mis amigas. Las personas se pararon al instante que yo entre, las miradas se dirigieron a mí, no podía alzar mi vista, pero una vez que el padre de Inuyasha se separó de mí y me dio un beso en la mano, pude hacerlo y por primera vez en mi vida sentí que todos mis sentimientos hacia Inuyasha vinieron a mí de un golpe y mis lágrimas salían para demostrarle cuanto lo amaba.

Inuyasha me agarro de la mano y me llevo hasta donde se encontraba el padre, esperando para casarnos, ¿Casarnos? Aun cuando ya me encontraba en aquel lugar, no podía creer que lo estaba haciendo.

-No debes temer, desde ahora te protegeré de todo. —Me dijo, su mirada era firme pero a la vez aun dulce e inocente.

-Prometo ser siempre fiel a mis sentimientos por ti. —Le confesé, mi mano apretó la suya, nuestras miradas se encontraron y miles de recuerdos vinieron a mí: Las lágrimas, risas, besos, caricias y las esperanzas.

"Acepto"

"Ahora puedes besar a la novia"

Aplausos y gritos se escucharon en esos momentos.

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Nuestras manos se encontraban aun entrelazadas, mientras que escuchábamos a las personas felicitando nuestro matrimonio, la madre de Inuyasha hizo una señal para que los padrinos y madrinas hicieran sus discursos.

Sango fue la primera en hacerlo, sus bromas sobre matar a Inuyasha si me hacía llorar, hizo que las personas se pusieran felices. Ayame se disculpó por quinta vez y me dio un abrazo deseando mi felicidad y mi amiga Eri me dio sus mejores deseos para que fuera tan feliz como pudiera junto a mi esposo. Finalmente los chicos tuvieron que hablar, el primero que se levanto fue Sesshomaru, alzo su copa y nos vio a los dos.

Yes or no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora