Metí las maletas en el coche. No me podía creer que mi madre me estuviera haciendo eso, y menos en mi último verano en la ciudad antes de marcharme a la universidad. Estaba convencida de que el mundo estaba en mi contra. Todos mis planes desaparecie...
Joe me apretaba tan fuerte contra su pecho que podía sentir los latidos de su corazón, iba a mil. Me apartó y me miró mientras me sostenía por la barbilla.
-¿Estás bien?- Jamás le había visto así de alterado. En su mirada podía ver la furia que tenía dentro.
-S...si...si- Me retiré el pelo de la cara y lo coloqué detrás de mis orejas. Mi respiración era entrecortada.
-Tranquila, estás conmigo.- Me volvió a abrazar.
Esas palabras hicieron mella en mí, ahí estaba él, protegiéndome. Me sentía segura entre sus brazos. Dejé de sentir miedo y empezaron a brotar miles de sentimientos que provocaron en mí un pequeño cosquilleo en el estómago. Deseaba que no me soltara nunca.
Varios chicos se acercaron a nosotros, oí como decían 'Sí, es la chica del bar, la prima de Joe'. Su prima. Me empecé a sentir estúpida, sólo me trataba como si fuera su prima pequeña a la que tiene que proteger, como un hermano mayor que no quiere que le pase nada a su hermanita. Nada más. Joe se apartó de mí.
-Te sacaré de aquí.-
Los chicos se pararon antes de llegar a donde estábamos, varias chicas venían detrás, entre ellas Gigi. Ella corrió hacía mí.
-Preciosa ¿estás bien?- Me sonreía, era bastante forzada, mientras me cogía de las manos.
-Sí, gracias. No ha sido nada. Sólo quiero irme.- Le devolví la sonrisa.
Uno de los amigos de Joe se acercó.
-¿Lo conocías?- Me miraba directamente a los ojos- Al tipo ese.-
-No, yo sólo volvía a casa y me siguió.-
-Es un desgraciado, como lo vea otra vez te juro que no sé qué le haré.- Joe se alejó de mí y le dio una patada a una farola.
Gigi corrió detrás de él, tratando de tranquilizarlo. Él no la miraba, sólo se llevaba las manos a la cara. Ella seguía hablándole e intentando abrazarlo. Él se giró hacia mí y me cogió de la mano.
-Vámonos.-
Tiraba rápido de mí. Yo lo frené.
-No, tú estabas con tus amigos. Ya me vuelvo yo.-
-¿Estás loca?- Me fulminó con la mirada.- No voy a dejar que te vayas sola.
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Gigi se acercó.
-Joe, cielo, llevémosla a casa y volvamos ¿sí?
-Yo también quiero ir a casa ya.- Joe volvió a agarrarme de la mano.
-No quiero fastidiarle la noche a nadie, estoy bien.- Lo miré a los ojos.
-He dicho que no te voy a dejar ir sola.- Joe me devolvió la mirada, pero la suya era mucho más penetrante y firme que la mía.- Chicos, nos vemos mañana en la fiesta.- Se acercó a los chicos y se despidió de ellos con unas cosas con las manos que no logré entender. Después se acercó a Gigi y la besó en la frente.- Mañana te veo.-
