Metí las maletas en el coche. No me podía creer que mi madre me estuviera haciendo eso, y menos en mi último verano en la ciudad antes de marcharme a la universidad. Estaba convencida de que el mundo estaba en mi contra. Todos mis planes desaparecie...
Mi mente estaba confundida, o quizá estaba intentando explicar el por qué una persona que decía quererme me había hecho tanto daño. La culpa era mía, absolutamente mía. Llevaba dos años con él y nunca pasamos de los besos, eso lo empujó a estar con otras. A saber con cuantas me había estado engañando mientras yo no estaba en el pueblo. Que le den. Yo tenía claro que no era el hombre de mi vida, por eso no quería hacer nada con él. Mi primera vez tendría que ser con alguien especial, alguien que me quiera día a día. Por eso tantos regalos, por eso tantas sorpresas y por eso se portaba así de bien conmigo, intentaba arreglar todo lo que había hecho mal, se sentía culpable. Es un falso, no me quería. Mis ojos decidieron que no querían llorar más y se cerraron.
Me desperté, creía que todo había sido un sueño, pero ahí estaba, acurrucada en el pecho de Joe. Miré hacia arriba, él seguía despierto, mirándome.
-¿Cuánto he dormido?- Dije mirándolo.
-Como 20 minutos.-
Volví a acurrucarme, él me apretó con fuerza. Yo miraba a la nada, me sentía bien, segura y protegida. No necesitaba nada más en ese momento.
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-Gracias.- Dije.
-De nada. Créeme esto está suponiendo un gran esfuerzo para mí.- Dijo bromeando.
-Seguro que quieres irte a dormir. Estaré bien. Además los demás están...- Joe me interrumpió.
-No me importan los demás. Vamos a atrincherarnos en esta habitación, tú y yo, solos. Olvidate del resto.-
Estuvimos en silencio varios segundos.
-Soy una estúpida.- Me llevé las manos a la cara.
-Tanto tú como yo sabemos quién es el estúpido. No te culpes.-
-No he dejado que se explique, yo tampoco he hecho las cosas bien Joe.-
-No tenía nada que explicarte.- Joe parecía molesto.
-Yo también le he engañado a él. No me parece justo.-
-¿Lo estás defendiendo?-
-No, para nada... solo que...-Lo miré directamente a los ojos.
Joe me miraba fijamente.
-No quiero que hables más de él. No mereces a nadie así.- Su mirada enfadada hizo que apartara la mirada.
Otra vez el silencio se apoderó de la habitación. Me separé de él y me tumbé a su lado. Él hizo lo mismo.
-¿Sabes? Puedo arreglar esta situación.-
-No creo que nadie pueda arreglarla.-
-Me estás subestimando.- Joe se incorporaba.- Tengo un máster en cosquillas.- Joe empezaba a hacerme cosquillas por todas partes.
