Metí las maletas en el coche. No me podía creer que mi madre me estuviera haciendo eso, y menos en mi último verano en la ciudad antes de marcharme a la universidad. Estaba convencida de que el mundo estaba en mi contra. Todos mis planes desaparecie...
Otro fantástico día en mi desastrosa vida. Me desperté pensando en por qué Nick se negó en hablar conmigo anoche. Por qué me dijo que era mejor mañana, y por qué repetía tanto que todo estaba bien que no había de qué preocuparse. No entendía nada, cada día entendía menos. Dicen que el género complicado es el femenino pero no lo creo para nada así. Quizá esos rizos le están presionando el cerebro y no puede pensar bien. No sé. Salí casi de un salto de la cama, estaba bastante animada hoy, no quería que nadie me chafara el día. Fui al cuarto de baño y abrí el grifo. Mierda, seguía sin agua. Cogí el cepillo de dientes y salí con la esperanza de que el baño del pasillo no estuviera ocupado, para mi sorpresa no era así. Ahí estaba sin camiseta, Joe, ¿Quién si no? Siempre es él. Estaba mirándose al espejo mientras se cepillaba los dientes alegremente, giró la cabeza y me miró.
-Voy a empezar a pensar que me acosas.- Dijo con el cepillo a un lado de la boca y todo lleno de dentífrico.
-Que cerdo, no hables con la boca llena.-
-Vale mamá.-
Me di media vuelta, ya volvería más tarde.
-¿A dónde vas?-Dijo mientras soltaba el cepillo en lavabo.-Hay sitio para los dos.- Su sonrisa llena de pasta de dientes me hizo reír.
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-Eres asqueroso.- Me acerqué al lavabo y lavé la cara, todo bajo su atenta mirada. Empecé a lavarme los dientes mientras observaba a Joe por el rabillo del ojo.
-Creo que deberías echarte más.- Cogió mi dentífrico y se echó en la mano, seguidamente, casi sin darme cuenta estaba con toda la cara llena de pasta de dientes.- Mucho mejor.-
No me lo podía creer. Lo empujé con mucha rabia. ¿Por qué tenía que ser tan imbécil? Me quité un poco de pasta de la cara con papel, todo lo que pude. Él me miraba divertido.
-Joe, te vas a cagar.- Cogí la espuma de afeitar y antes de que pudiera escapar le llené toda la cara.-
Los dos empezamos a reír como enanos.
-Bien devuelta.- Dijo mientras reía.- Mira como lo has puesto todo, ni que tuvieras 6 años para hacer estas tonterías.-
Volví a empujarle.
Me lavé la cara con agua y jabón aunque todavía tenía olor a menta. Joe bajó y yo me dirigí a la habitación de Nick. Llamé a la puerta, nada. Estaría durmiendo aún. De pronto lo vi salir de mi habitación, que manía tenía en entrar en las habitaciones ajenas.
-Anda, estabas ahí.- Dije mientras me acercaba.- ¿Eres un tipo de acosador que le gusta rebuscar entre mis cosas para olerlas?- Dije sonriendo.
-No.- Dijo cortante.
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