Miraba a un punto fijo mientras bebía aquel delicioso zumo de naranja. Teorizaba sobre donde podrían estar los chicos. Deseaba verlos, aunque sentía miedo. No sabía cómo reaccionarían. Hace 6 años nos habríamos abrazado durante minutos y mientras gritábamos de emoción pero ahora, esa confianza había desaparecido. No éramos tan críos. No tenía la menos idea de qué hacer al verles, quizá un saludo con la mano, dos besos, o un simple hola. Realmente quería abrazarlos, los había echado de menos. A quien quería engañar, no sabía ni si estaban en casa. ¿Quién se quedaría un verano en casa para estar con una persona a la que no veía desde hace tiempo? Estarían de camping, lejos de allí, con amigos, como tendría que estarlo yo, disfrutando del verano. Me estaba desanimando.
Denisse y mi madre no paraban de sonreír y de cuchichear cosas sobre mí. Buffy ya tumbado en su cama me miraba. No se escuchaba nada más en la casa, nadie. No me vi con valentía de preguntar, y decidí levantarme. Salí al patio de detrás de la casa, estaba todo exactamente igual, las butacas, el balancín, aquella piscina donde pasábamos horas, todo. Se me escapó una pequeña sonrisa.
Escuché el timbre, pero seguí admirando el precioso jardín que Denisse llevaba cuidando como si fuera un hijo más desde que tengo consciencia, sus rosas, sus amapolas, mis margaritas preferidas.
Dentro se oía mucho ruido y Buffy ladraba. Desde la cristalera del patio se veía toda la cocina. Había un chico de rodillas acariciándolo mientras le decía -¿Y mi chico?, cuanto tiempo pequeño.- Y allí estaban los otros dos hermanos, intentando entrar a la vez en la cocina. Algo realmente complicado ya que era una puerta bastante pequeña, entraban a empujones mientras gritaban mi nombre. Entré y de pronto sentí como si un jugador de Rugby me hubiera placado, me abrazaban.
-Dios mío Nick la vas a matar.- Decía mientras se acercaba a apartarlo.- Es mi turno.- Kevin me dio un abrazo infinito.
No esperaba que reaccionaran así al verme. Me quedé en shock. Habían crecido muchísimo y estaban guapísimos. Nick seguía con esa cabeza rizada que tanto adoraba. Nosotros dos teníamos una relación especial, al menos antes, éramos como hermanos. Todo el tiempo juntos, sin separarnos. Antes yo le sacaba media cabeza pero ahora, ahora estaba súper alto, seguía manteniendo esa sonrisa. Kevin también estaba muchísimo más alto y él también tenía el pelo rizado. Con él era más una relación de hermano mayor, siempre estaba cuidándome y era el que nos salvaba cuando hacíamos alguna trastada. Eran sencillamente geniales. Millones de momentos invadieron mi mente, estaba feliz.
-Ho...hola.- Eso es lo único que supe decir.
El chico que acariciaba a Buffy estaba de pie, observándome detenidamente. Sentía su mirada clavada en mí. Denisse lo empujó.
-Venga, ¿A qué esperas? Estabas deseando verla.- Decía mientras entraba en la cocina con bolsas ayudada por mi madre.
El chico se acercó y me dio dos besos. Sólo eso. Yo tampoco sabía cómo actuar, no esperaba nada más efusivo. Nuestras miradas se encontraron y sentí algo extraño, me dedicó una sonrisa. De pequeña estaba bastante enamorada de él y era como si todos esos sentimientos hubieran vuelto de golpe, en un segundo, con una simple mirada. Eliminé esa tontería de mi cabeza, tenía novio y lo quería bastante. Sólo había sido una sonrisa, era como mi hermano. Mi relación con Joe era sencillamente maravillosa, hacíamos mil travesuras, era el que me animaba a hacer tonterías de las que después acabábamos castigados días. Siempre había sido el travieso de la casa, el chico malo. Ahora seguía manteniendo esa pinta de chico malo, pero estaba increíblemente guapo.
Sentía que todo el mundo estaba mirándome. Miré a Nick y estaba como acelerado, como si tuviera muchas cosas que decirme.
-Estás preciosa.- Se atrevió a decir, mientras me pasó su brazo por el hombro.- Voy a ser el más envidiado de San Francisco.
-Que calladito te has quedado Joe.- Mi madre ayudaba a Denisse a guardar cosas en los muebles.
-¿Por qué no le enseñáis a _______ su habitación? No sé si se acordará de donde está.- Denisse limpiaba platos mientras nos hacía un gesto que indicaba, claramente, que saliéramos de la cocina.
Claro que me acordaba de donde estaba. No me podía creer que aún la conservaran. Denisse y mi madre la decoraron y pintaron cuando yo era pequeña. Salimos de la cocina, Nick me agarraba de la mano y me arrastraba escaleras arriba. Lo notaba emocionado.
-¿Seguís conservando esa habitación?
-Claro, nadie ha tocado nada de ahí. Es tu habitación.- Nick me sonreía mientras abría la puerta de mi habitación.
Ahí estaba, todo exactamente igual. Dibujos en la pared de cuando éramos críos.
Joe subía con una de mis maletas, entró en la habitación.
-Madre mía chica, ¿que llevas ahí?- Dijo.
-Un cadáver.- Me atreví a decir.
-Será nuestro secreto.- Me guiñó un ojo.
Kevin apareció detrás de él con más maletas. Nick se tumbó en la cama, puso sus manos detrás de la cabeza.
-Bueno, tienes 6 años que contarnos. Empieza.-
Me senté a su lado. Kevin en el suelo y Joe en la silla de la mesa. Todos me miraban como esperando algo. Hasta la hora de la cena estuvimos ahí los cuatro, hablando sin parar. Les conté que iría a la universidad y como estaban las cosas en Colorado. No paramos de reír, fue como volver a ser cría.
A la hora de comer mi madre no paraba de hacerle preguntas, al igual que Denisse a mí. Más que una comida parecía un interrogatorio. Hizo pizza casera, estaba deliciosa. Recordé que era una de las cosas que más amaba del verano y que más en falta echaba, las comidas de esa mujer. Tenía un don en las manos, todo lo que hacía sabía a gloria. Después de la cena Nick me propuso salir con él y unos amigos, iban a ir a la playa a pasar la noche. Estaba muy cansada del viaje por lo que decidí quedarme en casa. -Otra vez será, todavía queda mucho verano. Descansa.- Me dijo mientras me dio un beso en la frente y salió de casa. Kevin también tenía planes para esa noche, con su, como él decía, "amiguita especial". Mi madre y Denisse decidieron ir al bar de un viejo amigo, y yo pues me quedé en casa. Decidí irme a mi habitación. Joe estaba en la suya, escuchando música, podía oírla, escuchaba the weeknd. Supongo que estaría preparandose para salir también. No dijo gran cosa durante la cena, estaba raro pero tampoco me atreví a preguntarle.
Me puse el pijama y me hice uno de esos recogidos mal hechos para dormir. Me senté en la pequeña terraza que había en mi habitación, a tomar un poco de aire fresco. Seguía exactamente como la dejé. Recuerdo que Denisse y yo la decoramos cuando tenía 12 años. Era mi rincón favorito en la casa. Eché un vistazo a mi móvil. Mis amigas me habían mandado millones de mensajes pero había estado tan ocupada que no me había parado a contestarles. También tenía llamadas perdidas de Dylan, no tenía ganas de hablar con nadie. Decidí mandarle un mensaje.
"Llevo todo el día ocupada cielo y ahora me voy a la cama. Mañana te llamo te lo prometo. Ha sido un día agotador. Te quiero"
No estábamos en nuestro mejor momento y eso se notaba pero, lo quería. En parte aprovecharía ese verano para pensar acerca de lo nuestro. Sabía que tarde o temprano tendríamos que romper, ya que iríamos a universidades diferentes y nos veríamos muy poco. No quería pensar en eso ahora. Me dispuse a ponerme los cascos, pero alguien golpeó la puerta. Era Joe.
-¿Se puede?-
ESTÁS LEYENDO
Un verano para recordar- Joe Jonas.
Fiksi PenggemarMetí las maletas en el coche. No me podía creer que mi madre me estuviera haciendo eso, y menos en mi último verano en la ciudad antes de marcharme a la universidad. Estaba convencida de que el mundo estaba en mi contra. Todos mis planes desaparecie...