CAPITULO 5. ¿Me perdonas?

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-Claro que no.- Ni a él le había convencido esta respuesta.

-¿Y te gusta?-

Yo estaba allí, leyendo mi estupendo libro. Realmente lo aparentaba, estaba atenta a la conversación de ellos dos.

-Claro que me gusta, ¿No la has visto?-

-Eres bastante superficial.- Oí a Kevin. Amaba a Kevin, siempre sabía que decir.

Joe se encogió de hombros y no dijo gran cosa durante toda la tarde, se dedicó a tumbarse en mi toalla y tomar el sol. Kevin, por el contrario, no paraba de decir tonterías, que me hacían reír a carcajadas. Decidimos volver a casa sobre las 8, el sol ya estaba escondiéndose. Y una luna llena bastante bonita se asomaba.

Una vez en casa Buffy decidió que ya era hora de dormir, había corrido bastante en la playa y entendía que estuviera cansado. Yo también lo estaba y eso que sólo estuve sentada. Mamá y Denisse nos dijeron que se irían de fiesta con unos amigos. No me lo podía creer, mamá saliendo de fiesta, hacía años que no salía, desde lo de papá. Kevin corrió a su habitación, y a los pocos minutos corrió al baño. Supongo que saldría con aquella chica y que iría tarde. Joe también desapareció.

Yo daba vueltas sin saber bien que hacer. Me paré bastantes veces en la puerta de Nick. Desde que llegamos no lo había visto. Quizá no estaría en su habitación. O simplemente no quería salir para no verme. O estaba enfermo de verdad. No sé,  no entendía qué podía estar pasándole.

Decidí entrar en mi habitación y llamar a Dylan, lo tenía tan olvidado. Para ser sincera, ni había pensado en él. Eso me asustaba, ¿No lo echaba de menos? Era mi novio y lo normal es que lo hiciera. Quizá llevaba sólo dos días sin él, necesitaba más. Cogí el móvil y lo llamé. No contestó. Estaría ocupado. Saqué el portátil de mi maleta, todavía no había sacado la ropa ni nada de allí. Encendí el portátil y puse música, Rihanna me vendría bastante bien. Decidí que, ya que no tenía ningún plan para esa noche, sacaría todo de las maletas. Empezó a sonar Breakin' Dishes y me vine arriba. Empecé a sacar ropa mientras bailaba. Puse la música bastante alta y, no creo que molestara a nadie. La siguiente canción era Work, esto se ponía bien. Seguía sacando más y más ropa, no sé por qué traje tanta. Confieso que se me fue de las manos y casi me traje todo el armario. Cuando me gire a coger otro de los miles de vestidos que traía lo vi. Me pare enseguida. Me puse colorada cual tomate.

-No pares, me gusta.- Joe me miraba apoyado en la puerta, me sonreía.

Quería que la tierra me tragara.

-Podrías llamar antes.- Dije un poco enfadada o, quizá avergonzada.

-Culpa mía.- Joe salió de la habitación, cerró la puerta y llamó.- ¿Se puede?-

-No.- Dije cortante.

Joe entró igualmente.-Sé que sí. ¿Necesitas ayuda?- Se acercó.

Estaba guapísimo y olía genial. Me miraba directamente a los ojos, me encantaba cuando lo hacía. Tenía una mirada profunda. Me quedé embobada mirándolo durante un rato.

-Eo, ¿Estás ahí?- Joe reía mientras pasaba la mano por mi cara.

Sacudí la cabeza y fruncí el ceño.

-Pensaba. Y no, no necesito ayuda. Puedo yo solita.- Seguí guardando cosas en el armario.

-Como quieras. Oye venía para una cosa.- Joe se rascaba la cabeza.

Mi corazón se aceleró. Quizá querría que fuera con él a algún sitio. A cenar o a pasear por la playa. Lo haría, no tenía nada mejor que hacer. Me giré casi sonriendo.

Un verano para recordar- Joe Jonas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora