CÁPITULO 18- Me daba igual Joe Jonas.

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Mi cabeza estaba tratando de asimilar aquellas palabras que habían llegado directamente a mi corazón y lo hacían latir más rápido que nunca. Sentía su mirada, esperaba una respuesta.

-Me... ¿Me quieres?- Dije casi sin voz.

-Te quiero, eso he dicho.- Sonreía.

Suspiré hondo, no sabía que decirle. Claro que lo sabía, yo también le quería, pero no sabía si debía decírselo, el miedo se apoderaba de mí.

-No tienes que contestarme, sólo me apetecía decírtelo.-

Él tan comprensible como siempre. Un último vistazo al despertador, las 9 de la mañana. Entre los brazos de Joe se estaba genial, mis piernas entrelazadas con las suyas, casi parecíamos uno. Su forma tan tierna de acariciarme el pelo hizo que mis parpados fueran pesando cada vez más hasta que se cerraron por completo.

Después de dormir varias horas decidimos que, bueno más bien, decidí que era hora de plantar cara, salir fuera, no sé qué ni con quién me encontraría pero podría con quien fuese.

Joe estaba en una esquina de la cama, seguía dormido, era tan mono. Salí de allí con sigilo, no quería despertarle, abrí la puerta con mucho cuidado y bajé las escaleras. En el salón, Nick, Kevin y mis amigas limpiaban todo el desastre que dejamos anoche.

-¡Por fin! ¿Qué horas son estas, muchachita?- Lauren venía a abrazarme.- ¿Cómo estás?-Me susurraba.

-Genial. Con ganas de ayudar.- Sonreí.

-De eso nada, tú ve a desayunar de esto nos encargamos nosotros.- Kevin me empujaba a la cocina.

-Pero volveré- Grité mientras me acercaba a la nevera. Realmente estaba hambrienta. Abrí la nevera y cogí un zumo, después saqué galletas del armario y me senté a desayunar. La luz del sol me daba de pleno en las piernas, adoraba esa sensación. Cerré los ojos, mientras mordía una galleta.

-No sabía que comer galletas daba tanto placer.-

-Eso es porque no has probado esta galleta.- Sonreí.- Espero no haberte despertado.-

-Has hecho algo peor... me has dejado sólo en aquella cama.-

Sentía como Joe se acercaba a mí poco a poco y me rodeaba la cintura con sus brazos, después me besó varias veces en el cuello.

-Buenos días, preciosa.-

Le besé la frente a modo de saludo. Él se apartó de mí y fue a buscar algo a la nevera.

-¿Sabes qué?- Dijo cerrando la nevera.- Ve a vestirte, nos vamos.- Su sonrisa pícara me encantaba.

-¿Irnos a dónde?-

-A donde yo quiera, el coche lo llevo yo.-

-Te has levantado mandón hoy no.-

-Tienes 30 minutos.-Dijo sonriendo.

Salí de la cocina, no sabía qué pretendía hacer o a dónde quería llevarme, pero no me importaba, mientras estuviera con él todo me daba igual.

Subí a mi habitación y rebusque en mi armario, quería algo sencillo pero formal, no sé. Cogí unos shorts y una camiseta corta y me lo puse. Entre en el baño, tenía el pelo fatal, así que me lo recogí en una coleta. Me eché algo de rímel y coloretes, me gustaba el tono tostado que tenía mi piel. Salí de allí y bajé, feliz e intrigada. Joe ya no estaba en la cocina, así que fui al coche a ver si estaba allí. Y así era, estaba esperándome apoyado en el coche, dándole vueltecitas a las llaves y tan guapo como siempre.

Un verano para recordar- Joe Jonas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora