CAPÍTULO 26
"La puta más cara de todas..."
Minerva Owen
Cuando acabamos de desayunar básicamente me prohibió lavar los platos y me hizo quedarme sentada en la encimera mientras lo observaba a él hacerlo. Cosa que, tengo que decir, fue realmente... Bueno, digamos que ver a un chico potencialmente atractivo sin camiseta lavar los platos se tornó algo divertido.
Finalizó y me llevó al salón para sentarnos en el sofá, cuando de repente mi móvil empezó a vibrar en mi mano. Era mi madre.
—Hola madre. —respondí alegre poniéndola en altavoz ya que Martijn me miraba alzando una ceja. —¿No es un poco tarde por ahí?
—Hola cariño. Sí... Son las dos y media de la madrugada. Acabo de llegar del trabajo. —rió suavemente e hice una mueca con la boca mientras fijaba mi mirada en mis dedos.
—Deberías dormir entonces... —contesté con un tono de preocupación volviendo mi vista a la pantalla iluminada con su nombre que no permaneció mucho más ahí porque la llevé a la mano suave y grande que se encontraba acariciando mi muslo descubierto en esos momentos. Alcé la cabeza y le sonreí tiernamente a Martijn quien se limitaba a no apartar sus ojos de mí.
—Lo sé pero quería hablar contigo, ¿qué tal el viaje? ¿Qué tal todo? ¿Estás bien? —comenzó a bombardear con preguntas haciéndonos a ambos reír. —Oh, ¿esa risa que oigo es Martijn? —preguntó una vez más.
—Sí, hola Heather. —saludó Martijn acercándose más a mí para quedar completamente pegado, aún con su mano en mi pierna.
—¡Hola Martijn! ¡Te echo de menos! ¡Ah! ¡Felicidades cariño! —gritó feliz mi madre y yo estallé a carcajadas ante el salto que pegó él a mi lado, uniéndose a mi risa poco más tarde.
—¡Yo también Heather! Y gracias.
—Bueno... Yo también existo mamá... —murmuré con voz triste de niña pequeña y esta vez fui yo la que me removí en mi sitio al notar que Martijn cogía una de mis piernas y la posicionaba encima de la suya, mirándome divertido mientras mi madre soltaba un par de risitas por lo que acaba de decir.
—Lo siento hija, ¿qué tal estás? ¿Qué tal la noche? —tosí un poco al pensar el doble sentido de la pregunta y Martijn se rió por lo bajo de mí a lo que yo le fulminé con la mirada.
—B-Bien... Divertida. —afirmé sincera volviendo a concentrarme en la llamada, o por lo menos a intentarlo.
—¿Bebiste?
—No, de hecho no. Te lo prometo.
—Ah bien. Cuídate, por favor. —murmuró en un tono mucho más serio y yo sonreí con dulzura. Pero rápidamente se desvaneció a medida que la mano que Martijn tenía acariciando mi muslo comenzaba a subir lentamente. Su mirada no abandonaba la mía y tenía esa sonrisa suya de lado y boba dibujada en la cara. Mi respiración comenzó a cortarse. Sabía que lo hacía para molestarme pero igualmente me ponía muy nerviosa. —¿Te llevaste las compresas?
Abrí los ojos tanto que hasta pensé en que se salieran de mis órbitas y Martijn se llevó una mano a la boca para retener su carcajada y parando en seco de subir sus caricias por mi pierna, cerrando fuertemente los ojos al ver cómo el calor empezaba a acumularse en mi rostro y estaba roja como un tomate. Oh Dios.
—¡Ma-Mamá...! —sermoneé llena de vergüenza, con mis latidos a mil por hora. —¡Se me pasó hace dos días...! -seguí en un tono más calmado y bajito, consiguiendo sólo que Martijn sacudiera su cabeza para evitar sus risas. Le pegué fuertemente en el hombro mirándolo frunciendo el ceño, haciendo que se relajara un poco.
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COFFEE. |Martin Garrix|
FanfictionMinerva Owen; una chica sencilla la cual nunca imaginaría que UN PUTO CAFÉ caliente cambiaría su vida entera y la pondría patas arriba. *PROHIBIDO CUALQUIER TIPO DE ADAPTACIÓN -y si es así con reconocimiento y créditos- Y MUCHO MENOS PLAGIO. Por fav...