CAPÍTULO 34
"Tan cerca pero a la vez tan lejos"
Martijn Garritsen
─¡Oye eso son trampitas no es justo! ─gruñí tirando el mando al sofá y cruzándome de brazos insatisfecho con mi trabajo.
Julian sólo reía y reía. Nos habíamos pasado toda la noche jugando a un videojuego de boxeo al que casualmente yo era terriblemente inútil, y me había ganado todas y cada una de las partidas que habíamos jugado, haciendo pedazos continuamente mis esperanzas de ganarle.
─Bueno suficiente jueguito. ─expresó bostezando entre alguna que otra carcajada aún. ─Es hora de hablar. Me prometiste que si te ganaba me lo contarías, y eso de "venga va una más" ya valió.─siguió burlón apoyándose en el respaldo del sofá, a mi altura, para mirarme fijamente con una sonrisa de lado.
─Vale, vale, te lo iba a contar de todos modos, sólo quería mantenerme ocupado en algo y dejar de pensar tanto las cosas... ─suspiré cerrando mis ojos y procedí a contarle todo lo que había pasado con Astrid, con peros y detalles.
Julian había sido el primero y el que más me había apoyado con todo lo que había pasado con esa mujer diabólica por aquel entonces, por algo era mi mejor amigo, hermano de otra madre. Le debía tanto.
Tras una larga explicación, cuando por fin callé, esperé a ver la reacción de mi amigo quien escuchaba atentamente para no perderse nada.
─Tampoco sé que te esperabas de ella... Estamos hablando de Astrid, que no te engañe... ─respondió en un murmuro negando con la cabeza y con la mirada perdida en algún punto infinito e invisible.
─Ya, ya lo sé... Ya me ha engañado lo suficiente... ─silencio. ─Dios es que soy tan estúpido que no me aguanto ni yo. ─continué pasándome las manos una y otra vez por mi pelo, despeinándolo con desesperación.
─No hace falta que me lo digas dos veces. ─añadió Julian riendo levemente.
A cambio por el comentario innecesario recibió un puñetazo mío a su hombro.
─¡Eres mi amigo! Se supone que tienes que animarme y decirme "no, es mentira" y todas esas cosas, ¿no? ─me quejé frunciendo el ceño aunque sabía que lo decía de broma, pero tenía razón de todas formas.
─Vale vale... Haya paz... ─me sonrió con complicidad y yo lo miré extrañado. ¿Qué significaba esa mirada? ─Te invito a una hamburguesa para animarte y hablamos en serio y con tranquilidad. ¿Qué te parece la idea?
─Son las cinco de la mañana Julian. ─reí estúpidamente al darme cuenta de que era realmente tarde. Sí que se me había pasado la noche volando.
─¿Y qué? ¿Cuando te ha parado eso a ti?
Me callé y lo observé negando divertido y le sonreí feliz.
─Ya tardas en levantarte. ─dije una vez ya estaba de pie.
─Ahora sí soy un buen amigo, ¿verdad?
─No eres un buen amigo. ─reí al ver su cara totalmente descompuesta cuando oyó mi tono de voz tan serio. ─Eres el mejor. ─finalicé dándole un empujoncito mientras caminábamos, cuando ya habíamos salido de mi casa en dirección a un McDonald's.
─Aw Martijn no me digas esas cosas tan bonitas que me pongo rojo. ─vaciló con un tono agudo haciéndome reír a carcajadas.
Por momentos así era mi mejor amigo.
Llegamos entre charla y charla, risa y risa, estupidez y estupidez al paraíso. Cuando entramos no había nadie, había una chica barriendo el suelo que al vernos fue inmediatamente a atendernos a la caja.
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COFFEE. |Martin Garrix|
FanfictionMinerva Owen; una chica sencilla la cual nunca imaginaría que UN PUTO CAFÉ caliente cambiaría su vida entera y la pondría patas arriba. *PROHIBIDO CUALQUIER TIPO DE ADAPTACIÓN -y si es así con reconocimiento y créditos- Y MUCHO MENOS PLAGIO. Por fav...