CAPÍTULO 24
"¡Felicidades Martijn!"
Martijn Garritsen
Sus risitas dulces e inocentes invadían mis oídos, haciendo que sólo pudiera concentrarme en ellas, eran tan jodidamente adorables, tal y como ella. Pasé un mechón de su pelo castaño que estaba impidiendo mi vista a sus ojos miel por detrás de su oreja, haciéndola reír de nuevo tímidamente. Parecía mentira que fuera ligeramente mayor que yo.
Mientras acariciaba mi torso descubierto con una mano, recorriendo toda mi piel, quemándome al paso que su mano avanzaba, relajándome y tranquilizándome, se mordía la uña del dedo índice de la otra a la par que me sonreía y no rompía el contacto con mi mirada. Dios, me ponía la piel de gallina su tacto, y muy nervioso también.
Había pasado ya demasiado tiempo sin probar su sabor, así que la sujeté de la barbilla y la incliné hacia mí alzando un poco la cabeza para alcanzar sus delicados labios, pero después volví a acomodarme en la cama, posando mis manos sobre su cintura, también descubierta, rodeándola y apretándola contra mí al completo, para no dejarla escapar.
Movía sus labios lentamente al principio, haciéndome sufrir porque necesitaba más. Sonrió satisfecha al oír un gemido de mi parte cuando me mordió levemente el labio inferior y yo hice un poco más fuerte mi agarre. Ella estaba sentada encima de mí, ahora apoyada en mi pecho, con sus piernas a los lados, a horcajadas, y madre mía, estaba haciendo que algo creciera en mí y no era mi amor por ella, que también.
Empezó a subir el ritmo cosa que agradecí y mi lengua se hizo paso entre sus barreras para esta vez, conseguir yo que ella soltara un casi inaudible gemido ante el apasionado roce. Necesitaba más, quería más. La quería en todos los sentidos, la deseaba, ahí mismo.
Abandonó mi boca para seguir un rastro de besos húmedos por mi cuello, dejando un par de chupetones por el camino, bajando por mi pecho haciéndome temblar sólo un poco, continuando por mi estómago y llegó justo a la parte de encima del borde de mis boxers, dejando un último besito muy tierno ahí, mirándome a los ojos, para después volver a mis labios y devorarlos hambrienta.
—¿Estás seguro de esto Martijn...? —preguntó contra mis labios juntando nuestras frentes y mirándome fijamente, preocupada. Sonreí.
—Nunca he estado más seguro de algo en mi vida. —murmuré con la voz raspante debido a la situación en la que me encontraba y ella reflejó mi sonrisa y la triplicó de tamaño, volviendo a unir nuestros labios desesperadamente.
—Te quiero. —susurró separándose de mí unos instantes y fui yo quien volvió a juntarnos.
—Yo no. —dije de igual forma entre sus labios a lo que ella rompió el beso abruptamente y me miró con el ceño fruncido. —Yo te amo. —finalicé y ella rió para seguir con el doble de pasión y joder... Lo que me provocaba esta mujer era algo sobrehumano...
No. No. Oh no.
Desperté con la respiración agitada y sudando, traté de tranquilizarme unos minutos inspirando y espirando. ¿Por qué? ¿Por qué después de todos estos años había tenido ese sueño? Me masajeé las sienes ya que la cabeza me estaba empezando a matar de dolor por todo lo que estaba pasando por mi mente en esos momentos.
Hacía muchísimo tiempo que no pensaba en ella, y por alguna razón los últimos días y este sueño habían roto ese "muchísimo tiempo", y no entendía por qué.
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COFFEE. |Martin Garrix|
FanficMinerva Owen; una chica sencilla la cual nunca imaginaría que UN PUTO CAFÉ caliente cambiaría su vida entera y la pondría patas arriba. *PROHIBIDO CUALQUIER TIPO DE ADAPTACIÓN -y si es así con reconocimiento y créditos- Y MUCHO MENOS PLAGIO. Por fav...