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Existen historias de todo tipo, desde mitos y leyendas, aquellas que se transfieren a las páginas de los libros de historia, e incluso las que se cuentan de boca en boca, aunque estas últimas a veces suenen más a rumores que a historias verdaderas. Lo que siempre las distinguirá ante todo, son los hechos que narran. Las más trascendentales, aquellas que perdurarán por siempre, sin duda alguna, son las aventuras épicas. Aquellas historias que relatan las aventuras de los héroes en las batallas que libran contra huestes del mal. Su duración y validez es casi infinita, pues además de ser plasmadas a modo de legados en un papel o en una pared de piedra, llegan a la mente y al corazón de las personas, sin importar su raza, género, religión o su... condición mágica.
En el mundo muggle siempre habrá batallas inmortalizadas en los libros de Historia, como son la Revolución Francesa, las Independencias de los países colonizados por Europa, y siendo ejemplos más recientes la Segunda Guerra Mundial o incluso la Guerra Fría. Los muggles normalmente conciben estos hechos como parte de la Historia de su Civilización, con los cambios que conllevan son capaces de destructurar sus sociedades, de crear brechas o puentes entre los unos y los otros, lo mismo ocurre en el mundo mágico, donde las historias además de ser escritas son tomadas al pie de la letra, casi como si de una religión más se tratara. La Batalla de Hogwarts es un ejemplo de ello.
El 1 de mayo de 1997 se llevó a cabo la Guerra más sangrienta de la Historia de la Magia Moderna en Inglaterra, donde miles de familias de magos y brujas se vieron afectadas, pero quizás ningunas quedaron tan marcadas como la de los Potter, los Weasley, los Longbottom, los Scamander y los Malfoy. Estas cinco familias fueron, en parte, las más importantes dentro de esta Batalla, ya que sus integrantes lucharon en ella para derrocar al mago más tenebroso de los tiempos modernos: Lord Voldemort.
Fue un año oscuro para la comunidad mágica inglesa, al que se conoce como el Año del Terror. Lord Voldemort y sus seguidores, Mortífagos, realizaron persecuciones contra aquellos que no eran fieles a los ideales de la «pureza de raza», algo similar a los hechos que ocurrieron con los judíos en la época del nazismo de Hitler, sólo que el hechicero detrás de esta carnicería, tenía más poder debido a su condición mágica. Durante ése año, no sólo los magos y brujas estaban en peligro, los muggles también sufrieron desapariciones misteriosas, muertes y ataques que vincularon con algo que entre ellos conocen como terrorismo. Los opositores del régimen de Voldemort cada día eran reducidos, nadie podía confiar en nadie y las esperanzas de supervivencia cada vez eran menores. Aunque había un grupo particular que no perdía la fe, éste grupo se hacía llamar a sí mismo: La Orden del Fénix. La Orden había sido creada por uno de los mejores magos de aquellos tiempos, Albus Dumbledore, quien hubo sido además, Director de una de las más grandes escuelas de Magia en el Mundo. Si bien, la Orden inició su actividad mucho antes de que Voldemort pudiera hacerse del poder, su grupo siempre se mantuvo alerta y en las sombras, trabajando en conjunto. Cuando Dumbledore fue asesinado por una banda de Mortífagos en su colegio, la Orden casi se vio disuelta, siendo su última misión conocida antes del Año del Terror, una operación de custodia para un joven mago al que Voldemort quería dar muerte: Harry James Potter.
