EL LAMENTO DEL FRAILE

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—¡SCORPIUS HYPERION MALFOY!— la voz de Rose Weasley resonó por toda la Sala Común, haciendo que varios de sus compañeros de distintos grados giraran sus cabezas en su dirección.

El rubio, quien hasta hacía unos minutos atrás había estado entretenido planeando con Albus la mejor manera de pedirle a James que les dijera el paradero del fantasma de Hufflepuff, volteó a ver horrorizado a su mejor amiga, quien lo miraba cual toro encabritado (incluso llegó a pensar que pronto echaría humo por debajo de sus orejas, de lo roja que estaba), detrás de ella una muy apenada Jane Ackerley le saludó con timidez. Scorpius gruñó por lo bajo, esa parte de su plan se había ido al traste.

Todo en un comienzo había resultado sencillo, desde que el patrullaje en todo el colegio se había vuelto intenso, Scorpius había intuido que aquello no iba a impedir que quien estuviese detrás de los ataques siguiera con su curso. Con Albus habían llegado a la conclusión, después de que encontraran a Molly y a Dominique en aquél estado de sueño profundo, que tal vez habían hecho mal en descartar la posibilidad sobre la factibilidad de la profecía de su antigua Directora.

—Todo encaja—dijo Scorpius—, esto ya ha ocurrido antes y el Fraile Gordo ha sido testigo de ello.

—Entonces, ¿esta bruja o arpía, o lo que sea está buscando doce chicas pelirrojas?— cuestionó Albus con el rostro algo contraído debido a la confusión, eso de pensar mucho las cosas lo estaba mareando. Más si se tenía en cuenta el estado emocional en el que se encontraba luego de ver a sus dos primas en un estado tan terrible en las camillas de la Enfermería.

—Exacto.

—Pero, ¿por qué pelirrojas y no pelinegras, rubias o castañas?

Scorpius había estado analizando ese punto mentalmente y creía que había dado con la respuesta a aquella interrogante. A veces se maravillaba de lo genial que podía llegar a ser su propia mente.

—La profesora dijo algo así como que esto ocurrió hace un centenar de años atrás, ¿no es así? —Albus asintió—. Bien pues, he estado pensando que si esto se remonta a la época del Fraile Gordo, eso quiere decir que sería alrededor del año mil cien si no es que un poco menos, en pleno inicio de la Edad Media.

Albus seguía sin poder seguir el hilo de lo que su amigo le estaba diciendo.

—¿Y qué tiene que ver con que sean pelirrojas?

Scorpius le miró mal.

—¿Es que acaso nunca lees, Potter?— el pelinegro soltó algo que sonó a un «Eso se los dejo a ti y a Rose, los nerds del equipo», pero Scorpius optó por ignorar el comentario y siguió con su explicación, había veces en las que su amigo podía ser denso, pero no era algo que le sorprendiera fácilmente, después de todo era mitad Weasley—. En aquella época se consideraba que los pelirrojos eran personas con alto poder mágico, de ahí que en futuras generaciones se dijera que estaban malditos o algo por el estilo.

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