LA NOCHE WALPURGIS

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—Algo están tramando—anunció mientras miraba con recelo a su primo y a su ex mejor amigo caminando a paso presuroso hacia el Castillo.

Hagrid, quien se encontraba a su lado, sólo atinó a menear la cabeza. Había muchas cosas en las que los hijos de Harry, Ron y Hermione se parecían a sus padres, pero lo que le provocaba aún mayor sorpresa , era la adición del apellido Malfoy en aquella fórmula Weasley-Potter, y aunque en un principio había estado algo dudoso de la extraña relación que habían forjado entre ellos —más sabiendo la historia de las tres familias en cuestión—, ya no le sorprendía del todo, especialmente la forma de ser del pequeño Malfoy; el chico se había ganado su confianza después de que pasara un rato a solas con él al principio del curso. Sólo le rogaba a Merlín que los tres amigos no se metieran en tantos líos como sus respectivos padres en su época, sólo él sabía de primera mano todo el dolor de cabeza que aquello podría provocar, especialmente con las cosas que estaban ocurriendo por aquellos días.

—Debes dejarlos, Rose—le dijo con voz profunda, en cierta forma la pequeña pelirroja le recordaba mucho a su madre cuando se pleaba con Harry y Ron, especialmente por el último—. Tal vez están ansiosos por estudiar para sus exámenes.

—¿En el último día de vacaciones? ¡No lo creo!— soltó indignada la pelirroja—. Los he estado vigilando durante toda la semana, han estado de misteriosos con James, Fred y Sean. Ellos creen que soy tonta, pero me doy cuenta que algo traman. Además, ¿quién se cree que es, para mandar vigilarme?

Hagrid frunció el ceño.

—¿Quién qué cosa?

—Malfoy, él cree que me he tragado el cuento de que «no te estoy vigilando, Weasley»—respondió Rose haciendo una pobre imitación de la voz de Scorpius—, pero yo sé mejor que nadie que ese par algo trama. Desde que nuestras primas...

Los ojos de Rose se abrieron de par en par. ¿Y si ellos seguían creyendo que la amenaza era milenario y que sólo el fantasma de Hufflepuff podía ayudarlos? Desde hacía unos días el propio Albus había, sin querer, expresado su creencia en el tema; algo que a ella le parecía sumamente ridículo, no nada más porque sería algo descabellado que una leyenda cobrara vida, sino porque eso significaría darle la razón a Scorpius y, si de algo ella estaba segura era que, nunca le daría la razón, por más lógica que sonara su teoría.

—¿Malfoy te vigilaba?— Hagrid parecía confundido, mientras le rascaba las orejas a Patches que había apoyado su cabeza en el regazo del semigigante.

—Sí, pero el idiota no quiere aceptarlo.

Hagrid rodó los ojos, ese par era inclusive mucho peor que Ron y Hermione a su edad.

—Lo que me da más coraje es que Albus lo sabe, y sin embargo lo secunda.

—Quizás es porque te quieren proteger, porque les importas...—Rose soltó un bufido de indignación—, porque no quieren verte herida.

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