12 - Combate y juego

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| Gwendolyn | Neverland, campamento.

—¿Entrenar?

—¿Qué tan difícil es de entender? — Peter rueda los ojos, y yo me cruzo de brazos.

—¿Entrenar y como para qué? — Inquiero yo, alzando mi ceja y retándolo con la mirada. Él me mira serio y con atisbo de impaciencia, sin embargo no parecía nada aburrido. Es más, podría decirse que se entretenía.

—Para que te defiendas — Explica limitante, mascullando con mal humor.

—¿De ti? — Me burlo, sonando una sonora y genuina carcajada. Se escuchan alrededor unas risitas, y sé que son los Niños Perdidos observando todo. Peter mira a su alrededor con los puños apretados, y parece repentinamente molesto conmigo.

—No quiero inútiles en Neverland — Escupe con desprecio, mirándome con ojos en llamas.

—Entonces déjame ir — Contraataco, con toda razón.

—Tú — Da unos cortos pasos hacía mi, señalándome en el acto con su índice —, eres mía — Declara con determinación, ésta vez señalándose así mismo. Una corriente de aire corre alrededor de nuestros, agitando y hondeando nuestra ropa bruscamente a tirones, pero a Peter no parece importarle. Los sartenes colgados comienzan a chocar entre sí mismos, y resuenan en el aire siendo ruidosos.

Se mantiene quieto y fijamente mirándome, con toda la voluntad de desprender lo imponente y peligroso que lleva dentro. Su mirada furiosa y completamente sombría eriza mi piel, y mi sonrisa comienza a desaparecer lentamente. No parece estar bromeando. ¿A qué se refiere? ¿Soy suya, qué quiere decir?

Mi mirada socorrona cambia a una confusa, y levemente vulnerable, además de titubeante.

—Bueno, no pienso hacer nada de todas maneras — Rompo el tenso ambiente que se conformó, tratando de sonar indiferente. Peter en cambio aprieta la mandíbula, y yo suspiro encaminándome a una roca cercana para sentarme. Me siento, y cruzo una pierna por encima de la otra, mirando las uñas de mi mano en el acto.

Escucho una inhalación profunda, y levanto la vista sólo para ver a Peter mirando hacía un costado y haciendo un gesto con la cabeza hacía un Niño Perdido. Después sus ojos conectan con los míos de nuevo, maliciosos. Al igual que su sonrisa. Lo veo acercarse a mi, demasiado tranquilo e inocente para ser real. Entonces llega hasta mi, soltando una risita maquiavélica. Luego se agacha delante de mi, desapareciendo su expresión y endureciéndose completamente. Después, alza su mano y una ballesta cae en ella, que un Niño Perdido le ha lanzado, y me apunta con ella a centímetros de mi nariz.

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My World | Peter Pan | Robbie Kay CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora