My World | Peter Pan | Robbie Kay CANCELADA

23 - Jugar con fuego

|Gwendolyn| Bosque.

—¿A quién se refiere, Henry? — Pregunto alcanzándolo, ya que me ha dejado atrás leyendo el papel. Sin embargo, me regreso para levantar el espejo roto, pensando con la tonta idea de que tal vez pueda volver a funcionar más tarde.

—No lo sé, dímelo tú — Masculla secamente, apretando los puños mientras sigue caminando a largas zancadas. Mi cara refleja confusión, no entendiendo como yo podría saberlo.

Hasta que una suposición llegó a mi mente.

—¿No creerás que habla de mi, cierto? — Lo intercepto estirándolo del hombro hacía atrás, deteniendo su caminata brusca. Él se queda quieto, con la mirada fija al frente y expresión dura.

—Regina no me mentiría, nunca — Niega con la cabeza —. Pero no entiendo por qué no me dice el nombre de ella. No puedo confiar en nadie ahora, ni en ti — Me mira de reojo, y yo siento un peso hueco en mi estómago —. Con las que me he aliado son puras chicas, ¿y ahora me dice esto? Que mierda — Inhala profundamente, y yo me posiciono frente a él.

—Henry...— Pienso un poco lo que diré —. Yo hablé con Regina, y le prometí que te daría el espejo. Ella confiaba en mi, no creo que...

—¡Eso es! — Exclama Henry, dejando su expresión dura de lado, y se plasma una cara iluminada de una idea. Su vista se pone en la mía, mirándome suavemente, sin odio —. Cuando Peter encontró el espejo, dedució que te habías aliado con mi familia, lógicamente — Rueda los ojos ante la última palabra —, entonces, para sacarte de la jugada, él les dijo que tú no eras confiable, y las hizo dudar de ti entregándoles el espejo.

—Y por eso tu madre te advirtió — Añado, asintiendo y comprendiendo. Henry también asiente, y yo suspiro lentamente. —Sigo sin entender porqué no dijo el nombre.

—Tal vez por que no quería que el mensaje cayera en manos equivocadas, supongo. Pero ahora sabemos la verdad. Lo siento, por dudar de ti.

—¿Seguimos siendo equipo? — Pregunto innecesariamente, sólo para estar cien por ciento segura.

—Equipo Gwenry al mando — Alza su palma, y yo choco cinco con él, sintiéndome tremendamente aliviada.

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Cuando llegamos al perímetro del campamento, la noche nos envuelve en la oscuridad, sin embargo la ya tradicional fogata del centro, iluminaba con su esplendor todo el campamento, y parte de los árboles del alrededor.

Noto que los Niños Perdidos se encuentran cada quien haciendo sus labores, sin embargo muchos hacen fila para el estofado de Piggy. Los murmullos y conversaciones llegan a mis oídos, pero supe que algo estaba completamente mal cuando todos esos sonidos se detuvieron de golpe, y todos los Niños Perdidos se quedaron completamente quietos cuando ambos quisimos entrar ya al campamento.

Henry y yo compartimos miradas de desconcierto y pánico, ambos sabiendo perfectamente quién estaba detrás de todo esto.

Crujidos de pisadas contra las hojas y ramas nos tensan a ambos completamente, no queriendo por ningún motivo darnos la vuelta.

—¿Saben que es de mala educación darle la espalda a alguien? — Su acento británico retumba en mis oídos, y aprieto los ojos fuertemente, antes de girarme lentamente hacía él.