29 - Henry (1/2)

1.3K 105 45
                                    

Lean nota al final, gracias.

:-:-:-:

| Gwendolyn |

—Vas a saltar.

—No — Retrocedo dos pasos, mi corazón latiéndome a mil por hora. No puedo llegar muy lejos, porque mi espalda y hombros chocan contra su pecho. Entonces ambas de sus manos se posicionan en mi espalda, y me empuja de nuevo a mi lugar. Al inclinarme tanto, un par de rocas pequeñas resbalan y caen violentamente contra el acantilado, perdiéndose dentro de la cascada que salía por un túnel debajo de mí, no por una corriente de río como siempre es. La cascada realmente pareciera que saliera de un grifo, lo cual resultaba demasiado extraño.

—Si alardeas ser tan valiente, salta, preciosa — Sus molestas palabras a mis espaldas suenan bastante sutiles, induciéndome a hacer lo que me pide.

No me llames preciosa, pienso.

—Tu quieres que me mate — Digo, dándole una mirada aterrorizada a la orilla. Escucho su risa entre dientes, odiaba que se burlara de mí.

—¿Qué sería de Neverland sin una loca? ¿Cómo me entretendría? — Responde con sarcasmo, y entonces yo frunzo el ceño para luego mirarlo sobre mi hombro, girándome un poco.

Y ahí lo veo, parado detrás de mi a una poca distancia, sonriéndome de lado con ojos deseosos de verme saltar. Su mirada es altanera como siempre, creyéndose superior a mí. Después veo sus brazos cruzados, y mis ojos caen en el brazalete que ocupa su muñeca. Siempre lo llevaba puesto.

—¿Te distraigo, bonita? — Su voz me saca de mi burbuja, y nuestros ojos verdes chocan. Ver su rostro tan directamente me causa una impresión extraña, que causaba algo de un estúpido revoloteo dentro de mí. Lo odiaba, incluso aunque las sensaciones en mi estómago digan lo contrario. Por mi mente no dejaba de pensar en lo atractivo que era, y lo mucho que eso me causaba furia.

—Yo diría que me asqueas, es más diferente — Le regalo una fugaz sonrisa llena de sarcasmo y falsedad, sólo para luego fulminarlo.

—Claro — Me da la razón, no creyéndome ni una palabra, y eso lo podía decir por su mirada —. Bueno — Descruza sus brazos, y aparece un pequeño reloj de mano entre sus dedos —, me estoy aburriendo, te doy veinte segundos para que saltes, Gwendy — Mueve su mano de tal manera que me enseña el reloj de frente, y las manecillas daban vuelta rápidamente. Era raro, no tenía números que indiquen la hora, solo dos manecillas dando vueltas.

—Pensaba que el tiempo en Neverland no existía — Me giro completamente, mirando fijamente aquél reloj.

—No existe, esto solo sirve para contar los infinitos segundos que pasan — Agita el objeto dorado.

—Eso no tiene sentido — Alzo mi ceja, con la molestia en mi mente de no comprender.

—Tú tampoco lo tienes y estás aquí — Se encoge de hombros, nunca despegando su mirada verdosa de la mía. Aprieto mis puños fuertemente, no importándome que se diera cuenta que me estaba haciendo enojar —. El tiempo corre — Me guiña, dándole unos toquecitos al reloj con su dedo índice, ahora sonriendo ampliamente.

Sin más rodeos, me aproximo a su dirección, en el proceso noto como su semblante cambia a una ligera confusión. Cuando llego a su lado, me giro hacía el acantilado, observando la hermosa vista de los incontables árboles y montañas. El cielo estaba más azul que nunca; era un buen día. Y precisamente por eso, deducía que Peter no me dejaría morir.

My World | Peter Pan | Robbie Kay CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora