Capítulo 32

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➡CAPÍTULO HOT ❤

Absteneros mis chicos más sensibles =)

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James fue hacia las escaleras para ir a su despacho, sujetaba a Mia por su muñeca, prácticamente la estaba arrastrando hacia su despacho. Mia trastabillo en las escaleras, así que James, se dio la vuelta encarándola, la cogió rápidamente depositándola en su pecho, sus fuertes brazos le cogían sus delgadas piernas, el vestido quedaba tan apretado en sus piernas que era difícil de que algo se viera, aunque James, nunca dejaría que otro hombre viera lo que él estaba a punto de volver a ver. Su otro brazo pasaba por la espalda de Mia, agarrando fuerte su costado, mientras Mia pasaba sus brazos en el cuello de James, apoyando su cabeza entre su pecho y hombro, le gustaba esa respiración que él tenía, era ruda y constante, como si hubiese corrido una maratón, pero podría seguir corriendo durante horas y horas. Sabía que él estaba tan impaciente como ella, sabía que él quería tanto esto como ella. Llegó a su oficina e intentó meter la llave en la cerradura, era difícil con Mia encima, pero lo volvió a intentar hasta que entró, una maldita puerta no le iba a detener.

Deposito suavemente a Mia encima de su mesa rojiza de caoba, en ese momento sus miradas se cruzaron, había un intenso silencio donde solo oía la respiración entrecortada de James, éste le acaricio suavemente la dulce cara de Mia, tenía una piel tan suave y morena, daba igual en la época del año en la que se encontrase, ella siempre parecía verse morena, con esa piel tan bien cuidada. Rozó sus labios con su dedo índice, ella los abrió lenta y sensualmente, pasó su dedo haciendo el dibujo de sus labios, queriendo meterlo y que ella lo saborease, quería que ella saborease todo su ser.

Mia soltó un suspiro, al ver que James recorría con su mano su boca, hizo el dibujo de la misma, y bajó por su mentón mientras ella mojaba sus labios, tenía la boca seca y las palabras valientes que habían salido en la pista de baile parecía que ya no le acompañaban. Miraba atenta a los ojos de James, mientras su dedo se deslizaba por su clavícula, soltó un suspiro y cerró los ojos, su roce era suave, pero extasiaba cada parte nerviosa de su ser, una corriente intensa le marcaba en cada parte donde él le tocaba, era como presionar un botón eléctrico, es una sensación nueva y extraña, pero te gusta la corriente que emerge de él.

James, bajó su mano en dirección a sus pechos, rozó levemente en su escote parte de la piel expuesta, haciendo que Mia aguantara su respiración, deseaba que la besara, sus labios húmedos y entreabiertos le hacían una clara muestra de necesidad. James se acercó al oído de Mia susurrándole con voz ronca.

- ¿Estás segura de lo que quieres? No habrá marcha atrás-

-Sí. – susurró Mia incapaz de decir algo más, tampoco es que tendría algo más que añadir.

Una simple afirmación hizo que James se pusiera en marcha, en realidad no quería nada más que su confirmación, él le iba a hacer suya, pero con sus condiciones. Mia solo quería que siguiera tocando, el roce de su piel contra su piel era intenso y claramente se notaba en él la sexualidad que emanaban sus cuerpos. James se separó de su oreja y se acercó a su boca, rozó sus labios con los de ella, haciendo pequeños círculos en ellos, como si el recorrido que había realizado con su dedo lo quisiera hacer con su boca. Ésta estaba húmeda y jugosa, Mia no pudo aguantar más la espera y se abalanzó hacia los labios de James, mientras le rodeaba su cuello con sus brazos, haciendo que su mano izquierda revolviera el pelo de James, ambos se juntaron más si cabía, sus besos desenfrenados y ansiosos ocupaban todos los planos en sus cabezas, mientras las manos de James subían y bajaban por su espalda. Mia intentó abrir sus piernas para rodear a James, pero no pudo al tener el vestido tan apretado, soltó una exclamación de frustración en la boca de James, quien acababa de entrelazar sus lenguas haciendo que sus pulsaciones subieran estrepitosamente. James empezó a cansarse de tocar tela, elevó su mano hasta su espalda para bajar la cremallera del dichoso vestido, la quería sin el puesto y así poder tocar su piel. Localizó lo que era una mini cremallera en la parte superior del vestido y sujetándola con ambas manos tiró de ella hacia abajo, dejaron de besarse un instante, el suficiente para que Mia se pusiera de pie y se pudiera quitar el vestido. Las vistas eran espectaculares para James, tenía una Mia deseosa de sexo en su oficina, y tan solo llevaba un sujetador negro el cual hacía que sus pechos se vieran enormes, no sabía cómo era posible, pero todo eso cabía en esa minúscula tela negra. El fino tanga negro hacía juego con su sujetador. La volvió a posar en su mesa, soltó un pequeño grito al notar la fría caoba en sus nalgas haciendo que a James se le escapara una pequeña risa. Rápidamente volvieron a juntarse, y esta vez sí, Mia levantó sus delgadas piernas rodeando a James, haciendo que con un solo movimiento éste estuviera sobre ella sin dejar ni un solo milímetro entre ellos. El beso se intensificó de nuevo, mientras James llevaba las manos hacia la espalda de Mia para poder quitarle el sujetador, no podía no tocarle los pechos un segundo más, los quería y necesitaba con urgencia en ese mismo momento. Una vez quitado, dirigió sus manos hacia sus pechos agarrándolos con fuerza haciendo que Mia soltara un gruñido de aprobación, descendió hasta ellos y chupó su pezón izquierdo mientras el otro lo cubría con su mano. Los lametones eran rápidos y vivos, acercó su boca al pezón y succionó con furia haciendo que este se levantase, seguidamente pasó al otro pecho, haciendo un recorrido con su lengua y volvió a succionar. Mia cerró sus ojos y se limitó a disfrutar de ese buen momento, echó su cabeza hacia atrás y suspiró lentamente. James volvió a por la boca de Mia y esta aprovechó para quitarle los botones de su camisa, era injusto que el siguiera estando vestido. Una vez quitada la camisa, movió sus manos a lo largo de su pecho, recorriendo cada milímetro de piel, haciendo que sus dedos se electrizasen con el simple tacto.

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