Capitulo 7

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“En la guerra, como en el amor, para llegar al objetivo es preciso aproximarse. Napoleón Bonaparte”

 

Se retrasaban, los señores Stone, se retrasaban y eso a ella parecía angustiarle. Le disgustaba no poder controlar la situación, en estos momentos no creía que se le fuera de las manos como al principio, pero tampoco creía que aun habiendo asimilado todo de la forma más rápida posible pudiera, enfrentarse a los padres de su amiga. Seguro que eran gente estirada, remilgada y asquerosamente caprichosos, como todos los ricos.

La sala era acogedora, pequeña, no aunque no más pequeña que su despacho, eso era imposible. Tenía unos grandes ventanales nada más cruzar la puerta, el suelo un tono grisáceo oscuro hacían juego con las paredes. Las sillas como no, eran rojas y la pesa en forma de hexágono con proyector incluido era blanca.

-Buenas noches, mis representados no han podido venir, pero no es problema, yo velaré por sus intereses.

-¿No van a venir?-cómo diablos no iban a ir, era la vida de su nieto la que estaba en juego no un estúpido lápiz, ¡un inocente bebé por amor de dios!

-No, lo acabo de decir, no vienen pero eso no me impide oír vuestra oferta.

-¿Oferta? ¡Pero qué oferta! Estamos hablando de un bebé, un niño que ni siquiera sabían de su existencia, p-pero cómo es pos-sible que esto suceda...

-Déjeme hablar a mí Srta. Suárez por favor- Jace la miraba con un poco de enfado por a ver perdido los papeles, se suponían que estaban en una reunión importante no en un patio de colegio.- Lo que mi representada quiere decir, es que ella quiere ser la tutora de ese bebe.

-Ya claro, pero ¿Qué sacan mis clientes con eso? ¿Qué beneficio obtienen?-James parecía duro a la hora de negociar, no se iba a dejar tan fácilmente de su hermano.

-Bueno, si lo que les preocupa a los señores Stone es el dinero, creo que podemos llegar a un acuerdo, dado que todo el dinero es del bebe, no hay nada para mi representada, eso todos lo sabemos, el bebe, ni siquiera conoce a su abuelos, no sabe de su existencia sin embargo, sí sabe de la existencia de mi representada y...

-¿Me estas diciendo que un bebe, podría distinguirla a ella de otra persona? Porque seriamente te digo que no, es un bebe, no conoce a nadie y no puede responder ante nadie porque ni si quiera sabe hablar, así que ese testigo está fuera del caso...

Mia ante la conversación que se estaba llevando, empezó a ponerse nerviosa ya que de lo que estaban tratando era de la vida de un bebe, un ser humano.

-Están ustedes hablando, de un bebe, un cariñoso y tierno bebe indefenso en una cama de hospital desde que nació. Un bebe que me hizo pasarme horas en vela preocupada mientras esperaba junto a su madre a las cinco de la mañana para saber si la operación había sido un éxito, un bebé donde su madre estuvo apunto de perder la vida por traerlo al mundo, un bebe que quiero y amo con locura. Si los señores Stone quieren el dinero y las posesiones que tenía su hija, adelante es todo suyo, pero yo me quedo con el niño. Ellos ni siquiera saben si es niño o niña, qué nombre tiene o cómo le gusta que le beses la tripita, él me necesita a mi no a ellos, y si es dinero lo que quieren, perfecto se lo daré, pero el niño lo quiero yo. Es mió.

Mia se había puesto cada vez más nerviosa, hasta el punto de acabar levantada, señalando a James mientras sus ojos se volvían pequeños y llenos de chispas, cada cual más abrasadora. Había gritado al mismísimo James en su cara, al jefe de los jefes de la empresa, mientras su abogado estaba sentado en la silla sin saber a donde mirar ante la mujer de armas tomar que gritaba con pasión a su hermano.

Es míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora