Capitulo 9

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Cuando empezó el mes de noviembre, el tiempo se volvió muy frío. Las montañas tenían un tono blanco y gris. Cada mañana, el parque aparecía cubierto de escarcha. Por las ventanas de arriba, podíamos ver a Hagrid descongelando las escobas en el campo de Quidditch, con su enorme abrigo de piel de topo, guantes de piel de conejo y unas enormes botas de piel de castor.

Ya iba a comenzar la temporada de Quidditch. Este sábado, Harry y yo, jugaríamos nuestro primer partido, después de arduas semanas de entrenamiento; Gryffindor contra Slytherin. Si Gryffindor ganaba, pasaríamos a ser segundos en el campeonato de las casas.

Según Oliver, Harry era su "arma secreta", así que casi nadie lo había visto jugar. Lo que si era una suerte, era tener a Hermione como amiga, según Harry, porque ella le tenia que ayudar con los deberes, así que yo le ayudaba a Ron. Hermione también le presto un libro a Harry, que se titulaba: "Quidditch a través de los tiempos", él nos contaba que había setecientas formas de cometer una falta y que todas se habían consagrado durante los Mundiales de 1473; que los buscadores eran generalmente los mas pequeños y veloces y les ocurrían las desgracias mas graves, aunque la gente no moría jugando al deporte.

Hermione se había vuelto mas flexible en cuanto a quebrantar reglas desde que derrotamos al troll, según Ron, aunque para mi seguía siendo la mejor amiga del mundo. El día anterior al partido, estábamos los cuatro afuera, en el patio, durante un recreo, y Hermione había hecho aparecer un fuego azul que puso en un frasco de Nutella, un dulce muggle que me encantaba, que tenia yo guardado no se porque. Estábamos de espaldas a la fogata improvisada, cuando de repente el profesor Snape cruzó el patio. Luego de observarlo un poco, vi que cojeaba y note con la mirada que Harry también se había dado cuenta. Nos apiñamos para tapar el fuego, porque quizás no estaba permitido hacer eso. Por desgracia algo debió hacer que Snape se volviera hacia nosotros. Seguramente no había visto el fuego, pero era obvio que buscaba una razón para regañarnos.

-¿Qué tienes ahí, Potter?

Miré hacia Harry y vi que Snape señalaba el libro sobre Quidditch y que Harry se lo enseñaba.

-Los libros de la biblioteca no pueden sacarse fuera del colegio -dijo Snape-. Dámelo. Cinco puntos menos para Gryffindor.

-Seguro se inventó esa regla -murmuró Harry mientras Snape se alejaba cojeando- Me pregunto que le pasará en la pierna.

-No sé, pero espero que le duela mucho -dijo Ron con amargura en la voz

En la sala común había mucho ruido, nosotros estábamos sentados cerca de la ventana. Hermione y yo, estábamos repasando los deberes de Harry y de Ron sobre encantamientos. Nunca los dejábamos copiar, así nunca aprenderían. Pero si nos pedían que revisáramos sus trabajos, les explicábamos las respuestas correctas.

Un rato más tarde, Harry se levanto y nos dijo que iría a preguntarle a Snape si le podía devolver el libro. 

-Yo no lo haría -dijeron Ron y Hermione al unísono.

Yo solo me quedé en silencio, viendo como se iba por la puerta de la sala común, sin escuchar a los chicos. Pasó más tiempo, y ya me estaba empezando a preocupar, cuando llegó agitado y nos contó en susurros que había visto a Snape con una pierna magullada y llena de sangre, con Filch pasándole unas vendas.

-¿Saben lo que quiere decir? -termino casi sin aliento el pobre Harry-. ¡Que trató de pasar por donde estaba el perro de tres cabezas en Halloween! Allí se dirigía cuando lo vimos... ¡Iba a buscar lo que sea que tengan guardado allí! ¡Y apuesto mi escoba a que fue él quien dejó entrar al monstruo, para distraer la atención!

Hermione lo miro con los ojos muy abiertos.

-No, no puede ser -dijo Hermione-. Se que no es muy bueno, pero no iba a tratar de robar algo que Dumbledore esta custodiando.

Charlotte Y La Piedra FilosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora