Charlotte Y La Piedra Filosofal

Capítulo 19

Ahh, época de exámenes. No se como rayos me las arreglé para hacerlos,  cuando sabía que no había repasado,  además hacía mucha calor, especialmente en el aula grande donde hacíamos los exámenes escritos. Para estos, nos habían dado plumas especiales para la ocasión las cuales habían sido hechizadas con un encantamiento anti trampa. 

También teníamos exámenes prácticos. El profesor Flitwick nos llamó uno a uno al aula, para ver si podíamos hacer que una piña bailara encima del escritorio. He de admitir,  que en un principio quedé en blanco,  pero luego, logré hacer que la piña bailara mini tap, incluso con sus zapatitos, en cambio Hermione hasta figura le dio a la piña. La profesora McGonagall nos observó mientras convertíamos un ratoncito en una caja de rapé. Ganaban puntos las cajas más bonitas,  pero si tenían bigotes o cola, los perdían. A la mía, le hice un diseño de líneas horizontales blancas y negras, algo fácil. Hermione hizo algo más hermoso y complicado; unas rosas pequeñas en la tapa,  le quedaron hermosas. 

También Snape hizo un examen práctico, el cual consistía en hacer una opción para olvidar. Vi que la mayoría de los alumnos se quedaban mirando a la nada unos segundos, y luego volvían a su labor. Hermione y yo, terminamos a la par, Snape no dijo nada en cuanto a la poción, y solo nos dijo que nos fuéramos. Cada que salíamos de los exámenes, Harry, Hermione, Ron y yo,  nos informábamos de lo que habíamos hecho, comparábamos resultados y luego nos preparábamos para el siguiente examen. 

Entre esos ratos, Neville me dijo que creía que Harry, era un caso grave de nerviosismo, porque me decía que él no dormía por las noches. Hablé con Harry y él me explicó que en realidad se despertaba por culpa de su vieja pesadilla, que según él, se había vuelto peor, porque ahora la figura encapuchada que había visto en el bosque se le aparecía chorreando sangre. Ron y Hermione no parecían tan preocupados por la Piedra como Harry o incluso yo. La idea de Voldemort los atemorizaba desde luego, pero creo que les importaba más no reprobar; Hermione porque para ella los estudios son prioridad en estos momentos (y la mayoría de las veces), y Ron porque seguramente temía de la reprimenda que le iba a echar la señora Weasley si le iba mal (aunque ella a mí me parecía un amor). 

El último examen era Historia de la Magia. Estuvimos una hora encerrados en el aula del profesor Binns, respondiendo las preguntas,  hasta que el profesor nos dijo que dejáramos las plumas y que enrolláramos los pergaminos. 

-Esto han sido mucho más fácil de lo que pensé -dijo Hermione mientras salíamos-. No necesitaba haber estudiado el Código de Conducta de los Hombres Lobo de 1637.

-O el levantamiento de Elfrico el Vehemente -seguí yo, ya que habíamos estudiado juntas las últimas veces. Ella asintió. 

A la querida Hermione, le gustaba repetir los exámenes, pero Ron y yo la paramos, así que terminamos yendo hacia el lago y los chicos se dejaron caer bajo un árbol; yo me quedé sentada. 

-Basta de repasos -suspiró Ron, estirándose en la hierba-. Puedes alegrarte un poco, Harry, aún falta una semana para que sepamos lo mal que nos fue, no hace falta preocuparse ahora.
Harry se estaba frotando la frente. 

-¡Me gustaría saber qué significa esto! -estalló pareciendo enfadado-. Mi cicatriz sigue doliéndome. Me ha sucedido antes, pero nunca tanto tiempo seguido como ahora. 

-Ve a ver a la señora Pomfrey -le sugirió Hermione. 

-No estoy enfermo -respondió Harry-. Creo que es un aviso... significa que se acerca el peligro... 

-Harry, relájate -le dijo Ron desde la hierba-, Hermione tiene razón, la Piedra está segura mientras Dumbledore esté aquí. De todos modos, nunca hemos tenido pruebas de que Snape encontrara la forma de burlar a Fluffy. Casi le arrancó la pierna una vez, no va a intentarlo de nuevo. Y Neville jugará al quidditch en el equipo de Inglaterra antes de que Hagrid traicione a Dumbledore.