Capitulo 14

169 11 2
                                    

Al día siguiente, apenas me levante y estuve vestida, fui con Madame Pomfrey a buscar la poción para el resfriado. Luego volví a la sala común a buscar a los chicos, pero no estaban, en su lugar me encontré a:

-¡Hermione! 

-¡Charlotte!

Nos abrazamos y luego bajamos a desayunar mientras le contaba todo lo que había pasado en su ausencia. Ella se sorprendió y luego me preguntó un montón de cosas preocupada. Le respondí todo y llegamos al Gran Comedor. Entramos y vimos a los chicos desayunando y hablando, nos acercamos y vi como Hermione cambiaba su cara de una preocupada a una seria. Cuando nos sentamos con los chicos, Harry le estaba contando a Ron sobre unos sueños que tuvo, a lo que Ron respondió:

-¿Te das cuenta? Dumbledore tenía razón. Ese espejo te puede volver loco.

Le sonreí a Harry dándole apoyo y el me respondió tomándome brevemente la mano.

Ya casi habíamos abandonado la esperanza de encontrar a Flamel en un libro de la biblioteca, aunque estábamos seguros, Harry y yo de haberlo leído en algún sitio, así que cuando empezamos las clases, volvimos a buscar en los libros durante diez minutos en los recreos. Aunque Harry y yo teníamos menos tiempo que Hermione y Ron, porque los entrenamientos de quidditch habían comenzado junto con las clases también.

Wood nos hacía trabajar mas duramente que nunca. Ni siquiera la lluvia que había reemplazado a la nieve podía abatirlo. Los gemelos se quejaban de que Wood era un fanático, pero yo estaba de acuerdo con Oliver. Si ganábamos el próximo partido contra Hufflepuff, podríamos alcanzar a Slytherin en el campeonato de las casas, por primera vez en siete años. Era un sacrificio, pero al estar mas cansada, podía dormir mejor, aunque como practicaba con los poderes, esa energía y hasta el doble, se iba fácilmente.

Durante un entrenamiento, en un día especialmente húmedo y lleno de barro, Oliver nos dio una mala noticia. Se enfadó mucho con los gemelos, que se tiraban en picada y fingían caerse de las escobas.

-¡Dejen de hacer tonterías! -les gritó-. ¡Esas son exactamente las cosas que nos harán perder el partido! ¡Esta vez el árbitro será Snape, y buscará cualquier excusa para quitar puntos a Gryffindor!

Al oír eso lo miré sorprendida y George casi cae de verdad de su escoba.

-¿Snape va a ser árbitro? -dijo y luego escupió un puñado de barro-. ¿Cuándo ha sido árbitro en un partido de quidditch? No será imparcial, si nosotros podemos sobrepasar a Slytherin.

El resto del equipo se acercó a George a quejarse, mientras yo me quedaba donde estaba.

-No es culpa de Oliver tampoco -dije alzando algo la voz por sobre todo el barullo, haciendo que me miraran y Oliver sonriera agradecido-. Lo único que tenemos que hacer es jugar limpio y no darle excusas a Snape para que nos quite puntos.

Al terminar el entrenamiento los demás jugadores se quedaron, como siempre, charlando entre ellos, pero Harry se dirigió de inmediato a la sala común. Yo lo seguía, pero alguien me detuvo, me di vuelta y vi a Oliver, que me dijo:

-Gracias Lottie, por apoyarme y defenderme en el entrenamiento.

-De nada, Oliver, aunque todo lo que dije es verdad.

Él sonrió, hizo un gesto con la cabeza y se fue. Yo volví corriendo a la sala común en donde vi a Hermione, Ron y Harry hablando con Neville. Este ultimo se fue, me acerqué a los chicos y vi que Harry leía un cromo de rana de chocolate y luego susurraba:

-¡Lo encontré! 

-¿De que hablas? -pregunté yo.

-¡Encontré a Flamel!

-¿Cómo lo ibas a encontrar...? -procesé la información en mi cabeza y llegué a una conclusión-... en un cromo... En el tren... ¡El cromo de Dumbledore!

-¡Si, eso! Miren, escuchen; «El profesor Dumbledore es particularmente famoso por derrotar al mago tenebroso Grindelwald, en 1945, por el descubrimiento de las doce aplicaciones de la sangre de dragón ¡y por su trabajo en alquimia con su compañero Nicolás Flamel!»

Hermione y yo dimos un salto y nos miramos, ambas sabíamos que estábamos pensando lo mismo.

-¿Recuerdas el libro...? -empecé.

-¿Qué te mostré hace unas semanas? -terminó Hermione-. Claro que si.

-¿Pues que esperas? -le dije-. Ve a buscarlo.

Ella fue y me volteé a ver a los chicos, ellos estaban confundidos y yo solo los mire con una sonrisa y antes de que pudieran hacer o decir algo, Hermione había llegado con el libro.

-¡Lottie, nunca se nos ocurrió buscar aquí! -a ver a los chicos confundidos explicó-. Saqué este libro de la biblioteca hace semanas, para tener algo ligero que leer.

-¿Ligero? -preguntó Ron, haciendo que Hermione y yo le lanzáramos miradas fulminantes.

Luego Hermione empezó a dar vuelta a las paginas murmurando mientras yo la ayudaba. Vi una pagina que en una parte decía Flamel y dije:

-Hermione, aquí, ¡aquí esta!

-¡Lo sabía! ¡Lo sabía! -dijo emocionada y leyó en un susurro teatral-. Nicolás Flamel es el único descubridor conocido de la Piedra Filosofal.

-¿La qué? -preguntaron Harry y Ron al unísono.

Rodé los ojos y dije al tiempo que daba vuelta el libro para que leyeran:

-¿Es que no saben leer?

Terminaron de leer y Hermione les dijo:

-¿Lo ven? El perro debe estar custodiando la Piedra Filosofal de Flamel. Seguro que le pidió a Dumbledore que se la guardase, porque son amigos y porque debe saber que alguien la busca.

 -¡Por eso quiso que sacaran la Piedra de Gringotts! -dije yo asintiendo.

-¡Una piedra que convierte en oro y hace que uno nunca muera! -dijo Harry-. ¡No es raro que Snape la busque! Cualquiera la querría.

-Y no es raro que no pudiéramos encontrar a Flamel en ese Estudio del reciente desarrollo de la hechicería -dijo Ronald-. Él no es exactamente reciente si tiene seiscientos sesenta y cinco años, ¿verdad?

A la mañana siguiente, en la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, mientras copiábamos las diferentes formas de tratar las mordeduras de hombre lobo, los chicos, Harry y Ron, discutían sobre que es lo que harían con la Piedra Filosofal si la tuvieran. Y siguieron así hasta que Ron dijo que él se compraría su propio equipo de quidditch y con eso recordé el partido en el cual tendríamos a Snape de árbitro.

-Harry, ¿al final irás al partido?

-Jugaré -nos dijo a Ron, Hermione y a mi-. Si no lo hago, todos los de Slytherin pensaran que tengo miedo de enfrentarme con Snape. Les voy a demostrar... les voy a borrar la sonrisa de la cara si ganamos.

-Siempre y cuando no te borren a ti del terreno de juego -dijo Hermione, algo asustada.

Sin embargo, a medida que se acercaba el día del partido, se veía que Harry estaba mas nervioso, pese a todo lo que nos dijo. Aunque a decir verdad, el resto del equipo, incluyéndome, tampoco estábamos demasiado tranquilos. La idea de alcanzar a Slytherin en el torneo de la casa era maravillosa, nadie lo había conseguido en siete años, pero ¿podríamos ganar el partido con Snape de árbitro? Harry me contaba que quizás él se lo imaginaba, pero según él veía a Snape por todas partes. Creo que la mayor tortura para él son las clases de Pociones. Snape no lo trata muy bien que digamos. Según Harry, Snape podía leer mentes. Reí durante mas de dos horas luego de ese comentario, y tuve que auto silenciarme con un encantamiento, para parar de reír.

Charlotte Y La Piedra FilosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora